El dios del sueño regresa a Almedinilla
Hypnos, el dios del sueño que habitaba en un palacio donde jamás penetraba la luz del Sol, ha regresado a la localidad cordobesa de Almedinilla. Dos especialistas del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) han llevado adelante durante más de un año la compleja restauración de una escultura de este dios encontrada en Almedinilla a finales de la década de los ochenta. El IAPH, que depende de la Consejería de Cultura, devolvió hace un mes la escultura a Almedinilla, en cuyo museo luce como un símbolo de identidad que ha traspasado los siglos. Una de las dos personas que la han restaurado, Raniero Baglioni, es concluyente: "El llamado Hypnos de Almedinilla tiene un valor inconmensurable. Es una pieza única". Hay cinco piezas que representan a este dios repartidas por el mundo en lugares como el British Museum de Londres (una cabeza) o el Museo del Estado de Berlín (un torso). La escultura de Almedinilla es la que tiene un grado de conservación más completo. Es una escultura anónima de cronología incierta. Lo más posible es que date del siglo II. Su perfección y calidad artística dan pie a suponer un origen extrapeninsular. De todas maneras, algunos estudiosos creen que pudo realizarse en talleres locales de broncistas. "No se ha encontrado en la Bética ningún taller que hiciera estatuas en bronce. Por ello, no sabemos si es de la Península o importada de Italia", afirma Ana Bouzas, la otra persona que la ha restaurado. Baglioni es asesor técnico en Conservación Preventiva del IAPH. Bouzas es conservadora-restauradora del taller de Arqueología del IAPH. Hypnos conducía a las almas, a través del sueño, al mundo de la muerte. Representaba la suspensión momentánea de la vida. Su hermano gemelo era Tánatos (la Muerte). Por ello, Hypnos también podía simbolizar, en algunas ocasiones, el cese definitivo de la vida. Hypnos era a menudo representado como un ser alado que recorre velozmente tierras y mares mientras deja aletargados a los seres que caen bajo su influjo. La escultura mide algo menos de un metro de altura (89 por 83 centímetros de perfil) y pesa 21,2 kilogramos. Tras ultimar los tratamientos conservativos, el IAPH formuló una novedosa propuesta de ensamblado para el montaje de la escultura. El resultado ha sido positivo. Los vecinos de Almedinilla ya lo han comprobado.
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