El Museo de la Ciencia ofrecerá en directo el último eclipse del milenio
El Sol se apagará el próximo 11 de agosto en pleno día en el centro de Europa. Para asistir en directo al último eclipse total del milenio, el Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa organiza una retransmisión televisiva del fenómeno astronómico, que será registrado por cámaras situadas en la línea del eclipse y comentado por expertos. Una exposición que responde a las dudas sobre los eclipses y un taller que descubre el mundo microscópico son otras de las actividades de verano que ofrece el museo.
Diez cámaras colocadas en la línea de oscuridad total, que va desde Inglaterra hasta Rumania, mostrarán cómo la Luna oculta por completo la luz del Sol el 11 de agosto a mediodía. En la pantalla instalada en el auditorio del museo, podrá seguirse el fenómeno y la reacción de los ciudadanos ante la penumbra. Salzburgo es una de las ciudades idóneas para ver el eclipse, según dicen los expertos. La ciudad de Barcelona lo vivirá de forma parcial y alcanzará una penumbra cercana al 80%. También se podrá ver la parte del Sol que quede visible mediante un telescopio solar proyectado en la pantalla. El Museo de la Ciencia aprovechará este fenómeno astronómico para abrir el próximo 2 de agosto una exposición sobre los eclipses. Ayer, durante la presentación de la programación de verano, el director del Museo de la Ciencia, Jorge Wagensberg, quiso romper con cualquier tipo de profecía de las que apuntan al 11 de agosto como el día en que se producirá el fin del mundo. "No pasará nada. Nostradamus es uno de los cien mil farsantes que han existido en la historia, un caso obsceno de sencillez extrema", sentenció Wagensberg, quien también advirtió del peligro para los ojos que supone el observar directamente el Sol sin la protección adecuada. Otra actividad que el museo inauguró ayer para este verano es la del taller de Micromanía. Mediante lupas gigantes y microscopios, el visitante puede descorrer el telón de un mundo que, por sus mínimas dimensiones, es incapaz de percibir el ojo humano. Tejidos como la seda y el terciopelo, los microorganismos que pululan por los dientes de una persona o las patas de un milpiés son sólo una muestra de las posibilidades que ofrece este taller interactivo. Incluso el mismo espectador puede prestarse como objeto de observación. Bajo el subtítulo de El mundo pequeño, las actividades del taller, dirigidas por una bióloga y una física, se realizan dos veces al día, a mediodía y por la tarde. Wagensberg señaló: "De este taller no sales igual que entras", y añadió que esa actividad tendrá continuidad y que el museo pronto ofrecerá sesiones para grupos escolares.
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