Argentina obstaculiza las importaciones de Brasil y desata una grave crisis en el Mercosur
La imposición por parte de Argentina de medidas restrictivas, como reducción de cupos y elevación de aranceles, a la importación de productos procedentes de Brasil ha originado una guerra comercial entre los dos países que abre una grave crisis en el seno del Mercado Común del Sur (Mercosur). Ante ello, Brasil decidió suspender todas las negociaciones con Argentina en el marco del Mercosur y ha solicitado una reunión extraordinaria de la unión adunera, que también integran Uruguay y Paraguay. Brasil y Argentina se acusan mutuamente de haber tomado decisiones que violan el espíritu del Mercosur.
Brasil endureció su posición ante lo que ha calificado como "proteccionismo" argentino y ha llegado a un punto de enfrentamiento con Argentina que es el más crítico desde que se creó Mercosur en 1991. Brasil ha reconocido que esta crisis pone en peligro el futuro de la unión aduanera y, tal vez por ello, ha solictado una reunión urgente de los cuatro miembros del mercado común suramericano. En esa reunión, que posiblemente se celebrará la próxima semana, Brasil tiene previsto presentar una protesta formal contra las medidas adoptadas por Buenos Aires.Argentina defiende su posición y subraya que la adopción de medidas proteccionistas está prevista en resoluciones de la Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración) firmadas en 1980 y 1987. Brasil asegura que desde 1995 la adopción de esas resoluciones en el ámbito del Mercosur está suspendida, gracias a un acuerdo firmado en el seno del bloque.
La suspensión unilateral de las negociaciones, anunciada por el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, fue el corolario de una serie de declaraciones cruzadas entre Brasil y Argentina en las últimas semanas, por diferencias comerciales. Las tensiones entre los dos principales socios principales del Mercosur surgieron en enero pasado, cuando la devaluación del real brasileño dotó de una mayor competitividad a las exportaciones del país, que entraron con mayor intensidad en el mercado argentino provocando reacciones contrarias por parte de los productores argentinos. Pese a ello, los presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y Argentina, Carlos Menem, lograron calmar los ánimos y evitar la polémica. Estallido de las tensiones
La explosión de las diferencias fue postergada con constantes declaraciones de voluntad política para solucionar diferencias, pero terminó por producirse cuando Brasil aceptó, la semana pasada, conceder beneficios fiscales para la instalación de una gran fábrica de la multinacional Ford en el norteño estado de Bahía. Esa decisión fue considerada por Argentina como opuesta a la política común prevista para el automóvil dentro del Mercosur y, según analistas brasileños, fue el detonante para que Buenos Aires tomara medidas para proteger su industria textil.
Tanto los beneficios que permitirán la instalación de Ford en Bahía como las salvaguardas aplicadas para las exportaciones de textiles brasileños, levantaron en ambos países amenazas de acudir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) para resolver las diferencias.
La polémica alcanzó su punto máximo el viernes pasado, cuando en Buenos Aires se anunció una resolución que permitirá ampliar las medidas adoptadas para el sector textil a cualquier tipo de producto importado. El subsecretario general para Asuntos de Integración de la cancillería brasileña, José Alfredo Graza Lima, afirmó que esa resolución fue recibida en Brasilia con "inquietud" y "lamentó" el curso tomado por las diferencias entre ambos países.
Esa inquietud fue compartida por el sector privado brasileño, que expresó su preocupación por las consecuencias que pudiesen tener tales diferencias en el comercio bilateral y en el propio Mercosur. "Si las diferencias se terminan resolviendo en la OMC, además de la demora, la imagen del Mercosur habrá quedado muy dañada", declaró el presidente de la Asociación de Empresas Brasileñas, Michel Alaby, y añadió que "aún los más optimistas estamos comenzando a tener dudas sobre el futuro y la continuidad del Mercosur".
Por su parte, el ministro del Interior argentino, Carlos Corach, subrayó que el Mercosur "debe ser preservado" de los choques con Brasil. Corach comentó que Brasil "defiende sus intereses como Argentina defiende los suyos y ambos deben ser compatibilizados en torno a los tratados del Mercosur". Los fabricantes de calzado manifestaron que pueden demostrar que es Brasil el que incurre en prácticas contra el libre comercio.
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