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La Confederación del Júcar achaca la pésima analítica de los ríos a que sólo llevan vertidos

"En la gran mayoría de nuestros cauces el único agua que circula son vertidos". Con esta explicación, fundada en las "peculiaridades hidrológicas" de la Comunidad, justifican en la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que la cuarta parte de las zonas analizadas en 1998 por la red de Control de Calidad de las Aguas (Coca) del Ministerio del Medio Ambiente presente una calidad de agua "inadmisible". La red, calificada de "antigua" por el órgano de cuenca, analiza muchos ríos valencianos que en realidad están secos y que sólo transportan agua de vertidos residuales.

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"En un vertido depurado no pueden vivir peces, aunque cumpla las directivas europeas de calidad de las aguas", explica José María Benlliure, jefe del área de Calidad de las Aguas de la CHJ. Por eso, Benlliure no quiere dar importancia a los resultados de la red Coca, "una red antigua" (creada en 1962) que evalúa el grado de contaminación de los ríos con el Índice de Calidad General (ICG), dándoles un valor numérico entre 1 y 100 según el peso de ciertos parámetros, pero "cuyo objetivo era el control de los vertidos y no el de la calidad del agua". No es la misma la calidad exigible a un agua calificada de prepotable (destinada a ser tratada para el uso doméstico), que una apta para la vida piscícola, que adecuada para el baño o que otra indicada para el riego. Según los datos de la red Coca publicados el pasado martes en EL PAÍS, 16 de la 69 zonas analizadas (el 23%) presentaban un agua "inadmisible", es decir, con un ICG inferior a 50. Y otras 26 figuraban con un resultado "admisible" (entre 50 y 65), que según la página web del ministerio también se puede calificar de "deficiente", puesto que estos índices "comprometen gravemente la mayor parte de los usos posibles". En estos dos rangos, se situaba el 60% del zonas analizadas. Sólo cuatro presentaban un nivel "excelente" (ICG mayor a 85), apenas el 5,8% de las analizadas. Pero, bajo el criterio de la CHJ, puede darse el caso de que haya un ICG muy bueno y sin embargo el agua no sea apta para la vida piscícola. Y al revés, un río con una calificación muy baja puede tener abundantes peces. El caso paradigmático incluso podría ser, para Benlliure, el río Vinalopó, que aunque no estuviera contaminado seguiría teniendo un ICG "inadmisible" porque a partir de Villena transporta aguas muy saladas, no aptas para el riego. Según este criterio, el ICG será adecuado, por ejemplo, para medir la calidad del agua del Guadalquivir a su paso por Córdoba, pero no para el Mijares, que a la altura del azud de Burriana, punto a partir del cual el río va seco, sólo lleva aguas residuales. El segundo punto suspenso en la red Coca es el río Albaida a la altura de Montaberner, donde llegan los vertidos de Ontinyent (cuya depuradora se está ahora ampliando con una inversión de 1.000 millones de pesetas) a través del río Clariano y los que limpiarán las depuradoras de Albaida y de Montaberner-Algemesí. Para la CHJ, la calidad efectivamente es baja pero mejorará considerablemente a finales de este año, cuando funcionen esas estaciones. El Vinalopó, con cuatro zonas de la red Coca muy sucias, "es un río seco", según la CHJ, "no lleva agua, lo que analiza la red son sólo vertidos". En la zona de la Colonia de Santa Eulalia, cuando se hicieron las mediciones, en 1998, todavía no funcionaba la ampliación de la depuradora de Elda-Petrer-Monóvar-Sax, por lo que los vertidos de estos últimos dos municipios iban directamente al Vinalopó. Ahora, según Benlliure, las aguas depuradas sirven para regar, pero si se mezclan con el río, que son salobres, ya no son aptas para los cultivos. En el mismo Vinalopó, a la altura de Aspe y a la de Novelda pasa lo mismo. Falta la depuradora de la mancomunidad Monforte del Cid-Novelda, que está en fase de licitación (con el proyecto redactado). En Elche también falta otra depuradora, por lo que, según Benlliure, "en menos de dos años todo el río estará saneado". El Valdemembra, en Tarazona de la Mancha (Albacete), es "otro río de vertidos", una acequia que ya tiene solución: este año han entrado en funcionamiento cuatro depuradoras. Lo mismo pasa con el Serpis, en Alcocer de Planes, donde hay prevista una ampliación de la depuradora de Muro de Alcoy. Y con el Regatell, donde sólo llegan los vertidos de Alcora (la solución: una inversión de 185 millones). Esperando depuradoras Bajo el mismo criterio, el Belcaire "no es un río", puesto que "el único agua que recibe es la de los vertidos de La Vall d"Uixo". Y como muchos otros puntos sucios espera la puesta en marcha de una depuradora. A la CHJ tampoco le preocupa el Canal de María Cristina, una zona de drenaje que recibe vertidos de la depuradora de Albacete capital. El Monnegre y el Ibi, con tres puntos sucios (en Ibi, en Tibi y en el embalse de Tibi), esperan la puesta en marcha de la segunda fase de la depuradora de Ibi, que está en fase de adjudicación (622 millones) y que estará en marcha en octubre del 2000. El Turia presenta sólo un punto "inadmisible" por los vertidos de Paterna y del polígono de la Fuente del Jarro, situación que estropea su calidad desde La Canyada. En dos años y medio, cuando se construya una depuradora (3.656 millones) todo el río estará correctamente depurado. Por último, la Rambla de Chiva, en Massanassa, más que de depuradoras está pendiente de que el programa Pomal, financiado por la UE, conecte y construya alcantarillados de muchos núcleos urbanos aledaños con el colector Oeste, para sanear su agua en la depuradora de Pinedo.

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