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FIN DE REINADO EN MARRUECOS

La élite política mundial acude hoy a los funerales

Clinton, Chirac, Barak y Arafat, entre los líderes esperados hoy en Rabat

Presidentes, reyes y primeros ministros acudirán hoy a la capital marroquí para atender los funerales del fallecido Hassan II. Los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, viajarán a Rabat acompañados por el príncipe Felipe y el presidente del Gobierno, José María Aznar. Las exequias, que comenzarán después del rezo de mediodía, a las tres de la tarde hora local (cinco de la tarde hora peninsular española), durarán seis horas.

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Rabat será hoy el centro del mundo. Presidentes como el estadounidense, Bill Clinton, o el francés, Jacques Chirac, estarán junto al rais egipcio, Hosni Mubarak, el líder palestino, Yasir Arafat, o el primer ministro israelí, Ehud Barak. El caso de Israel, -país con el que el monarca fallecido mantuvo una buena relación- es significativo; además del jefe del Gobierno, Barak, viajará el presidente Ezer Weizman y el primer ministro, Simon Peres, con el que le unía una vieja amistad, entre otros representantes.Los oficios religiosos por Hassam II comenzarán a primeras horas de la mañana, cuando el féretro con el cuerpo del monarca alauí abandone el recinto del palacio real de Rabat, donde se encuentra desde ayer. De allí será trasladado por las calles de la capital en dirección a una mezquita donde se oficiarán los ritos fúnebres. Después, será enterrado en el Mausoleo, cerca de su padre, Mohamed V, y su hermano, el príncipe Mulay Abdallah.

Aunque no se han revelado aún los detalles del protocolo, se cree que en el mismo participarán los reyes y jefes de Estado llegados a Marruecos para asistir a la ceremonia. Hacia el mediodía, se oficiarán los ritos funebres. Al celebrarse éstos en el interior de la mezquita, sólo estarán presentes los dignatarios islámicos, los reyes y jefes de Estado y de Gobierno de los pases árabes.

A su término, el cortejo fúnebre acompañará los restos de Hassan II hasta el recinto del Mausoleo. En esta última parte de la ceremonia, fuera de la mezquita, está previsto que se incorporen al séquito las numerosas personalidades occidentales presentes en Rabat. Esta última parte de la ceremonia ha sido ligeramente retrasada para dar tiempo y permitir la llegada de todos los asistentes. Junto a los Reyes de España, los de Bélgica, la princesa Margarita de Holanda, el príncipe heredero de Noruega, el príncipe Carlos de Inglaterra, o los presidentes de Francia, Alemania, Italia o Portugal, asistirá el matrimonio Clinton; una prueba de la estrecha relación que Hassan II mantuvo con los distintos Gobiernos de EEUU.

El mundo árabe estará representado por el presidente de la Liga Árabe, Esmat Abdel Méguid, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el rey de Jordania, Abdala II, el emir de Bahrein, el príncipe heredero de Kuwait o el ministro de Defensa de Arabia Saudí, Sultan ben Abdel Aziz, en representación del rey Fahd, entre otros. La presencia de Arafat y del primer ministro israelí, que tenían prevista una cita en Eretz este domingo, será otro de los focos de atención.

El África negra, que tanto cultivó Hassan II durante su pelea política con la Organización para la Unidad Africana -tras el reconocimiento de la República Árabe Democrática Saharahui por este organismo- estará representada por los países próximos al desierto del Sahara y por el presidente surafricano, Thabo Mbeki. La mayoría de los países del mundo árabe han decretado un duelo de tres días.La masiva presencia en Rabat de una parte relevante de la élite politica mundial ha desbordado por completo a los servicios de protocolo y de seguridad del reino alauí. No hay plazas hoteleras en Rabat ni Casablanca, pues todas han sido reservadas para las personalidades y sus séquitos. Los periodistas extranjeros acreditados en Marruecos se han visto obligados a buscar alojamiento en Fez, a más de 200 kilómetros de Rabat o en casas particulares.

El jefe de Gobierno de Marruecos, Abderraman Yussufi, celebró, en la mañana de ayer, una reunión extraordinaria con sus ministros para coordinar y preparar los funerales. Éstos se consideran importantes, pues serán el primer signo externo del cambio, de un nuevo modo de gobernar. La comunidad internacional presente en el Mausoleo de Rabat será, sin duda, el mejor punto de apoyo para los tiempos que se avecinan en este país magrebí.

Las previsiones de los organizadores pueden verse alteradas por la improvisación, los retrasos, los cambios de último momento y la escasez de alojamientos, los retrasos inevitables en las llegadas de los invitados y los atascos que se esperan en la ciudad. Lo que ya viene siendo tradición en el mundo marroquí, y que Hassan II perpetuó, será ahora producto de la precipitación de los acontecimientos: las esperas en los pasillos. Antes había sin embargo un sólo centro de decision; ahora son varios.

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