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Un tribunal militar ruso condena a tres años al ecologista que reveló vertidos radiactivos

El capitán Paskó, detenido en 1997, fue liberado ayer en aplicación de una reciente amnistía

El periodista y capitán de fragata Grigori Paskó fue condenado ayer por un tribunal militar a tres años de cárcel por revelar a un medio extranjero material naval secreto, pero quedó en libertad en aplicación de la reciente amnistía. De haber prosperado la acusación de espionaje se hubiera expuesto a una condena de 12 años. Paskó, de 37 años, fue detenido en noviembre de 1997 por entregar a una cadena de televisión japonesa, que luego lo difundió, un vídeo que mostraba cómo la flota rusa del Pacífico vertía ilegalmente desechos radiactivos en el oceáno.

Paskó ha anunciado ya su intención de recurrir la sentencia condenatoria, dictada ayer por un tribunal militar de Vladivostok (extremo oriente ruso). La amnistía no le basta.La sala prorrumpió en un aplauso cuando el juez Dimitri Yavushkin terminó la lectura de la sentencia, y la esposa de Paskó, Galina Morozova, cayó desvanecida, vencida por la tensión acumulada a lo largo de más de siete meses de juicio. Amnistía Internacional había declarado preso de conciencia a este ecologista, oficial y reportero del periódico de la flota del Pacífico. El proceso se convirtió en banco de pruebas de la libertad de expresión y de prensa y del funcionamiento de la justicia en Rusia.

Paskó, que asistió enjaulado y esposado a la lectura de la sentencia, fue liberado inmediatamente, pero pidió volver a la cárcel para recoger sus cosas, incluidos sus notas y diarios, y para despedirse de sus compañeros de confinamiento. Para él todavía es muy pronto para cantar victoria. Sólo lo hará, afirmó, cuando el Tribunal Supremo, al que piensa recurrir, le absuelva con todos los pronunciamientos favorables.

El proceso, desarrollado en Vladivostok, base de la flota del Pacífico y ciudad cerrada mientras existió la URSS, tuvo una repercusión mínima en su primera fase, pero terminó pareciéndose a los juicios contra disidentes en tiempos de la Unión Soviética. Paskó ha defendido en todo momento su inocencia, ha negado que difundiese material secreto y se ha mostrado desafiante frente a lo que considera una persecución por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB, heredero del KGB de la URSS), que presentó la acusación.

"Hoy estoy libre", declaró Paskó, "pero mañana meterán a otro en la cárcel. Por eso voy a desafiar el veredicto. En otro caso, estas operaciones del KGB continuarán atemorizándonos".

Un servicio de noticias de Rusia por Internet, www.polit.ru, cedió a Paskó un espacio para que relatase su experiencia en prisión. Desde esa plataforma publicó, por ejemplo, una especie de manual de supervivencia, que incluye desde la relación de lo que cabe esperar en los primeros días de detención (antes de recibir asistencia de un abogado) hasta el consejo de integrarse en una "familia" que garantice la protección a sus miembros.

Nadie, ni siquiera el FSB o el juez, ha puesto en duda que, efectivamente, se produjeran vertidos ilegales en el océano.

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