_
_
_
_
_
DANZA

Leyendas de siempre

Ayer concluyeron en la Casa de Campo las actuaciones de la compañía que dirige Midori Nishizaki II, que trajo en esta su segunda visita después de cinco años de ausencia un complejo trabajo dividido en tres escenas. Bajo el título Takigi-Mai Kan, cuenta en su argumento una antigua leyenda japonesa. La obra ha sido concebida para el espacio abierto, lo que contribuye a que transmita un aire entre mágico y legendario.Midori Nishizaki II hace una espectacular aparición en escena, propia de una verdadera diva, haciendo gala de un espléndido vestuario de tradición, y donde se dan cita otras formas de la danza japonesa de ayer y de hoy, como es el caso de los cuatro intérpretes de butoh, que para entendernos, aparecen en la misma función que las furias en Don Giovanni.

A lo largo de la hora y media de duración presenciamos una hábil síntesis con elementos folclóricos arcaicos, hasta llegar a una escena clásica donde aparece el espíritu vestido de un blanco impoluto que le hace invisible y apoyado por un fondo sonoro del teatro No, que aporta un tono obsesivo y finalmente trágico.

En general, el baile es elegante y sofisticado, con curiosidades como el acompañamiento de un tipo de castañuela japonesa, instrumento de percusión arcaico documentado ya en España gracias a Udaeta, y que establece el ritmo de una pantomima compleja pero fácilmente entendible para el público.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_