"En el campo, ¡a ver qué comen!"

El primer comentario que hace el médico José María Grajales, director del Distrito Sanitario Alpujarras-Costa Granada, cuando se le pregunta por las precauciones y medidas sanitarias que deben tomar quienes veranean en el campo es: "¡A ver qué comen!". Sí, porque, contra lo que pueda creerse, la mayoría de las intoxicaciones ya no se producen en bares y restaurantes, sino "en las casas", afirma. De modo que la primera recomendación para quienes huyen de la ciudad hacia el campo es que "extremen las medidas higiénicas". Y esto debe hacerse con los productos cocinados, con los alimentos congelados y con el agua de beber. Hablando de agua: "La gente tiene la manía de bañarse en charcas y ríos que no son aptos para el baño; aunque pongamos mil carteles prohibiéndolo, les da igual", se queja Grajales. Para los caminantes recomienda dotarse de calzado y ropa adecuada, informarse bien de las dificultades que existen en las rutas que se van a seguir, y hacerse acompañar de personas que conozcan el medio. Ni que decir tiene que hay que huir de insectos y avisperos; pero, si no se pueden evitar, para eso están los "antimosquitos", productos tópicos que reducen enseguida la inflamación y el picor. A los servicios de urgencias de los pueblos del interior acuden, sobre todo, cuenta Grajales, personas que han sufrido intoxicaciones, contusiones leves, y aquéllas que habitualmente padecen fracturas, ampollas y rozaduras. Los que gustan de la acampada libre deben saber dónde lo hacen; deberán evitar los lugares de difícil acceso y, por supuesto, los prohibidos; también deben huir del cauce de los ríos. "¡Cuidado con el fuego! ¡Atención al cigarrillo! ¡Ojo en dónde se arroja la basura!", suplica Grajales que, más que un médico, parece un guardia municipal. "Es que la salud integral de las personas depende de estas cosas", aclara.