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Clinton autoriza la financiación pública de los experimentos con células de embriones humanos

Los grandes centros científicos deberán comprar el material vivo a las empresas privadas

La Casa Blanca acaba de encontrar una fórmula de compromiso para que los grandes centros públicos de investigación estadounidenses puedan experimentar con células embrionarias humanas sin violar un mandato del Congreso que prohíbe desde 1995 la financiación pública de las investigaciones con embriones. Los experimentos con células contarán con fondos públicos, pero sólo si los científicos adquieren las células a las empresas privadas, que serán las únicas que podrán generar o clonar embriones humanos para después destruirlos y obtener de ellos las células. Los científicos esperan de estas técnicas una auténtica revolución de los trasplantes y otras aplicaciones médicas.

Los experimentos con embriones humanos son legales en Estados Unidos, pero no cuentan con fondos públicos, lo que deja esas poderosas líneas de investigación -de las que se esperan grandes progresos en la tecnología de trasplantes- en manos de las empresas privadas de biotecnología que proliferan en aquel país.La élite científica norteamericana, abanderada por Harold Varmus, presidente de los gigantescos Institutos Nacionales de la Salud (NIH) que financian la mitad de la investigación biomédica que se realiza en EE UU, ha presionado fuertemente a la Administración para que levante el bloqueo de los fondos públicos. Su principal argumento es que estas polémicas investigaciones podrán controlarse mucho mejor si las llevan a cabo los grandes centros de investigación, que dependen del dinero público, que si se dejan en manos del enjambre de pequeñas firmas de biotecnología, atraídas por la previsible rentabilidad de unas herramientas cuyo enorme potencial clínico no ponen en duda ni sus críticos más radicales.

La Comisión Asesora de Bioética que aconseja a la Casa Blanca acaba de terminar un informe en el que los especialistas -científicos, filósofos, teólogos y defensores de los derechos del paciente- concluyen que los embriones humanos no deben utilizarse como fábrica de células, pero aconsejan que se liberen fondos públicos para la investigación de este campo y para el uso de embriones sobrantes de las clínicas de fertilización, cuando la madre dé consentimiento expreso.

Reparación de tejidos

A partir de las células madre obtenidas de los embriones puede generarse cualquier tipo de célula adulta para reponer los tejidos dañados tras un infarto, en los pacientes de Parkinson, diabetes y otras muchas dolencias. Pero en el proceso de aislamiento de las células se destruyen los embriones humanos. La vía libre recomendada por los 16 miembros de la Comisión supondría esquivar la prohibición, aprobada hace 4 años en el Congreso, de que se dediquen fondos públicos a este tipo de investigación, pero la Casa Blanca intenta satisfacer tanto esta presión científica como la de los grupos religiosos, científicos y políticos que se oponen porque entienden que es algo "inmoral, ilegal e innecesario".En opinión de la Comisión, el daño moral que podría desprenderse de esta destrucción es mínimo en comparación con los beneficios para la salud de millones de personas que se derivarán de la investigación sobre células indiferenciadas

En una posición que quiere ser intermedia, la Casa Blanca reconoce ahora que "los potenciales beneficios médicos de la tecnología de las células madre merecen que se investigue, siempre que esta investigación se lleve a cabo según los más elevados niveles éticos".

Pero la Administración no cree que sea necesario modificar la orden presidencial de 1995 en la que se prohíbe a los científicos que trabajan en instituciones públicas que realicen investigaciones en las que haya destrucción de embriones "porque, aparentemente, se podrán utilizar células madre de embriones humanos procedentes del sector privado".

Por ello, y aceptando el riesgo de las críticas procedentes de la coalición contra el uso de embriones humanos, la Casa Blanca entiende que "la financiación pública de investigaciones en las que se utilicen estas células es permisible bajo la actual prohibición del Congreso". Un buen número de empresas privadas y laboratorios en EEUU se dedican a este sector. Geron, una de ellas, ya ha anunciado su intención de fabricar embriones humanos con el propósito específico de extraer células indiferenciadas.

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