El estreno del último Kubrick reaviva la polémica sobre la censura en Estados Unidos
'Eyes wide shut', protagonizado por Tom Cruise y Nicole Kidman, recibe buenas críticas
Los espectadores de Estados Unidos no verán 65 segundos de Eyes wide shut, la película de Stanley Kubrick que se estrena mañana en las salas comerciales estadounidenses y en España el próximo mes de agosto. La compañía Warner Bros, que distribuye el trabajo póstumo del director, ha editado digitalmente una secuencia para "tapar" escenas de sexo y conseguir con ello una calificación más suave en los cines; de esta forma, los menores de 17 años podrán entrar sin tener que ir acompañados de un adulto. En la primera proyección pública de la película, la crítica ensalzó la última obra de Kubrick, aunque no la sitúa a la altura de trabajos anteriores.
En una escena clave de la película, el actor Tom Cruise, tapado con una máscara y ataviado con una capa, atraviesa una enorme mansión abriendo las puertas que encuentra a su paso. En cada habitación observa cómo los invitados a una fiesta están entregados a una orgía. Kubrick rodó los planos de forma que los actores apareciesen desnudos en actos sexuales, pero sin mostrar los órganos genitales. En la versión norteamericana unas figuras creadas con técnicas digitales tapan, literalmente, la zona genital de los personajes que aparecen en la orgía. No se elimina ni un solo plano, pero se impide que los espectadores lo vean tal y como Kubrick lo rodó. Warner Bros ha conseguido de esta forma que Eyes wide shut obtenga una calificación R en EEUU, es decir, aquella que no prohíbe la entrada a los cines a los menores de 17años. Se consagra con ello la gran paradoja del sistema moral norteamericano: los censores consienten el desnudo y los actos sexuales siempre que no se muestre en pantalla el más mínimo contacto entre los genitales de quienes los practican. En contraste, no hay límite para el grado de violencia que se desee mostrar y nunca se ha censurado una película por los litros de sangre que contiene.
La productora asegura que Kubrick había dado el visto bueno a esta modificación, pero Jan Harlan, productor ejecutivo de la película y cuñado del director, aseguró que los dos preferían mantener la versión en su formato original.
Abucheo
Durante la proyección para la crítica se mostraron las dos versiones; la alterada recibió un abucheo inmediato. Roger Ebert, el respetado crítico del Chicago Sun-Times, aseguró que la censura "convierte a la película en una parodia porque la escena es clave en la construcción de un terror hacia lo erótico. Se arrebata a la audiencia el poder de la visión de Kubrick". Según el Newsweek, la alteración es "irritante y absurda". La premiere de Eyes wide shut en Los Ángeles ha sido el acontecimiento del mes en la ciudad del cine. Además de las estrellas de la película, el matrimonio Tom Cruise-Nicole Kidman, asistieron directores de cine como Steven Spielberg, Ridley Scott y James L. Brooks, y una acumulación de estrellas de la pantalla inédita incluso para una ciudad como ésa.
Varios elementos al margen de su valor artístico convierten a Eyes wide shut en una película única. El valor taquillero de sus actores y el contenido erótico que ha trascendido, la truculenta e interminable historia de su rodaje, supuestas connotaciones racistas y el fallecimiento del director cuando acababa de hacer el montaje final de su primera película en 12 años, han ayudado a construir lo que ya se considera una pieza de culto.
Las primeras críticas se han volcado en elogios hacia el trabajo de Stanley Kubrick. Todd McCarthy, el crítico más respetado del Daily Variety, escribe: "Cuando desaparece la curiosidad inicial y el bombo publicitario, lo que queda es un trabajo fascinante, profundo en su contenido, rico en las atmósferas y sólo ocasionalmente problemático. Es un análisis inquisidor sobre los límites de la confianza y el conocimiento mutuo entre un hombre y una mujer".
Según McCarthy, la película es "meticulosa y deliberada, es una especie de hechizo que posiblemente cautivará más a los espectadores adultos y atentos que a los incondicionales de Tom Cruise o a quienes tengan poca capacidad de concentración". Comparada con sus obras anteriores, este crítico asegura que es "más ácida y más optimista sobre la condición humana". Sólo Tom Cruise parece no estar a la altura de las circunstancias, aunque su interpretación "no arrebata a la película la expresión completa de sus intenciones y sus significados".
Querella
Por otra parte, un juez de Los Ángeles ha admitido a trámite una querella presentada por Tom Cruise y Nicole Kidman contra la publicación Star, uno de los clásicos de la prensa amarilla. Este periódico semanal aseguró que el matrimonio de actores tuvo que recibir clases de terapia sexual por su incapacidad para interpretar las escenas de sexo que Kubrick les exigía. En portada de uno de sus últimos números aparecían dos psicólogos bajo el titular: "Tuvimos que enseñar a Tom y Nicole a hacer el amor". La demanda reclama una cantidad no especificada en concepto de indemnización y el reconocimiento de que la noticia es falsa. En octubre del año pasado los actores ganaron una demanda idéntica contra la publicación inglesa The Express.
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