Una antológica de Ortiz Echagüe relaciona sus fotografías con la generación del 98

Los tipos, trajes, castillos, paisajes y monasterios de José Ortiz Echagüe (1886-1980) pertenecen a la fotografía pictorialista, pero, sobre todo, al espíritu de la generación del 98. El Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, presentó ayer una antológica de 150 imágenes seleccionadas del legado del artista a la Universidad de Navarra, que ha digitalizado 28.000 negativos y 1.100 originales. La muestra ha visitado el Museo Nacional de Arte de Cataluña, la Maison du Patrimonie de París y la sala de la Ciudadela de Pamplona, y después iniciará una gira internacional.

Los comisarios de la exposición, los fotógrafos Rafael Levenfeld y Valentín Vallhonrat, han querido hacer "una revisión profunda" de Ortiz Echagüe, sobre todo para las nuevas generaciones que no conocen el "retrato apasionado y personal de una España en desaparición". Han investigado en el legado del fotógrafo para seleccionar 150 copias de época realizadas entre 1903 y 1964. A finales de los sesenta, Ortiz Echagüe saca sus últimas fotos y abandona la publicación y exposición de sus obras, tras la muestra del Metropolitan de Nueva York. La antológica completa el montaje presentado en 1980 en las salas de la Biblioteca Nacional, de Madrid, al incorporar las imágenes tomadas en el norte de África durante las campañas militares de principio de siglo en el protectorado español en Marruecos. Es la primera sección que aparece en la muestra, para seguir por otros asuntos conocidos, como los retratos de tipos y vestimentas, los castillos, alcázares, pueblos y paisajes de diversos lugares de la geografía española y los estudios de comunidades religiosas de clausura.

Las obras en monasterios formaron el volumen España mística, uno de sus títulos ya clásicos, junto con los publicados desde 1929 -África, Tipos y trajes, Pueblos y paisajes, Castillos y alcázares-; según Rafael Levenfeld, se llegaron a vender 200.000 ejemplares en ediciones de lujo. Sobre el olvido de Ortiz Echagüe, Levenfeld dijo que las revistas se habían dedicado desde la transición a otros aspectos, hasta que en los noventa la fotografía entra en los grandes museos. Valentín Vallhonrat declara que Ortiz Echagüe forma parte de su "formación emocional", desde que a los 12 años su padre le enseñó sus fotos. "En esta revisión interesa destacar al autor como fotógrafo, con unas obras que no son las habituales que circulan en los proyectos editoriales. Ortiz Echagüe arranca en el movimiento pictorialista, pero se separa con el trabajo que realiza con la realidad no alegórica. Queda el procedimiento pictorialista, pero su obra se define por su relación con la generación del 98". La técnica de las fotos está basada en el procedimiento Fresson al Carbón, que tuvo la patente en 1956.

"Es un fotógrafo con ojos del 98", dijo ayer José María Bastero, rector de la Universidad de Navarra, que desde 1990 conserva el legado del fotógrafo, convertido en una base de datos para su estudio y difusión. Definió al fotógrafo como "paradigma de empresario humanista", ya que como ingeniero militar impulsó la modernización de España con la creación de Construcciones Aeronáuticas (CASA) y Seat. "Como empresario estuvo a la cabeza de las innovaciones, pero en fotografía fue notario de la tradición, testigo indiscutible del pasado a través de tipos y paisajes llenos de espiritualidad".

El presidente de la Fundación Universidad de Navarra, José Luis Pascual, comentó que el legado, junto con sus cámaras y laboratorio -Ortiz Echagüe buscaba un centro para que sus fotos no se dispersaran y coincidió que su hijo César era profesor en Navarra-, tiene como objetivo la difusión. Anunció la creación de un centro de documentación con otros autores de cambio de siglo que trabajen los mismos temas.

La exposición del Reina Sofía estará abierta hasta el 13 de septiembre. El catálogo tiene textos de Marina, Fontcuberta, Fontanella y los comisarios. El museo presenta también una antológica de Ángel Ferrant y la colectiva sobre la rebelión informalista.