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EL CAMINO HACIA LA PAZ

La Kfor se ve impotente ante la oleada de saqueos, incendios y agresiones en Kosovo

Jorge Marirrodriga

ENVIADO ESPECIALLa fuerza internacional de pacificación para Kosovo (Kfor) libra una carrera contrarreloj para imponer el orden tanto en las ciudades como en las áreas rurales de la región, donde los tiroteos, agresiones, incendios y robos no han disminuido desde la entrada de las tropas occidentales, hace un mes. Aunque la seguridad personal de la mayoría de los habitantes de la zona está garantizada, al menos durante el día, siguen produciéndose saqueos, agresiones -especial- mente contra gitanos y serbios- robos e incendios en todo el territorio.

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La falta de documentos y el caos del regreso provoca que los propios albanokosovares se roben las casas

Las organizaciones internacionales están insistiendo en la necesidad de poner en funcionamiento de manera inmediata a la policía civil internacional que velará por la seguridad en las ciudades hasta que se forme a los primeros policías albanokosovares. Ayer mismo, el relator especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Bosnia-Herzegovina, Croacia y Yugoslavia, Jiri Dienstbier, se quejaba amargamente de que diferentes países se han comprometido a enviar un total 1.900 policías. "Pero sólo son promesas, ni siquiera han llegado", dijo. Hasta el momento, han llegado a Kosovo 84 policías, y está previsto que en los próximos días se integren otros 250 que desempeñan su labor en Bosnia. Mientras, en la mayoría de los lugares, los vecinos tendrán que apañárselas con un mínimo de prudencia y el amparo de las patrullas de los soldados de la Kfor, que estos días están redoblando sus esfuerzos, especialmente en la capital, Pristina, con patrullas a pie en los barrios donde se han producido tiroteos e incendios de casas de gitanos, y ocasionalmente el empleo de helicópteros en la vigilancia diurna de la ciudad.

Ya se empiezan a escuchar voces que no descartan la implantación del toque de queda ante la situación que se vive en algunas zonas. "Es evidente que el vacío de poder que se ha creado por parte de Naciones Unidas va a tener esos efectos", declaró a este periódico Veton Surroi, editor del diario Koha Ditore, quien ha vuelto a Pristina después de lograr publicar el periodico, incluso en el exilio de los campos de refugiados macedonios y albaneses. "El problema es que no se ha estudiado la transición de poderes. Y ésta no se puede hacer sola ni en 24 horas", añadió.

El portavoz de Kfor, comandante Jan Joosten, informa diariamente sobre enfrentamientos entre vecinos serbios y albaneses en diversas localidades, de disparos de francotiradores contra los diferentes contingentes de tropas estacionados en Kosovo, de la detención de sospechosos, de torturas contra serbios y gitanos y de una amalgama de incidentes dispersos que salpican cada jornada.

"Relativamente tranquilo"

Como muestra, un botón: "El domingo ha sido un día relativamente tranquilo", señaló ayer para referirse a la detención de cinco personas en el norte de Kosovo cuando saqueaban viviendas vacías y al conato de batalla campal que protagonizaron un centenar de serbios y otros tantos albanokosovares, vecinos todos ellos de la localidad de Kosovska Mitrovica, donde tienen su base las tropas francesas, que se vieron obligadas a disparar al aire para disolver a la multitud. Asimismo, dos casas fueron incendiadas de madrugada en Pristina. Los soldados de la Kfor han detenido hasta el momento a unas 250 personas, sorprendidas mientras cometían delitos. "Algunas de ellas ya han sido puestas en libertad", confirmó Joosten el pasado viernes. El problema es quién juzga a los detenidos y bajo qué leyes. Pero nadie es capaz de dar una respuesta concreta a esta pregunta.

Cuatro son los frentes en materia de seguridad a los que los soldados deben atender a la vez: el restablecimiento del orden en las grandes ciudades (que incluye la prevención de pequeños delitos y la protección a las minorías serbia y gitana); el desarme de los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK); la limpieza de las zonas minadas, y, finalmente, evitar a toda costa que la poderosa mafia albanesa extienda sus redes por Kosovo.

Los resultados son: serbios y gitanos continúan huyendo de la región, escoltados por la Kfor, debido a las agresiones de los albanokosovares; el ELK sigue estando presente incluso en la capital, aunque sin uniformes ni armas, "para mantener el orden en este sector colaborando con las tropas de la Kfor", según asegura Visar Morina, jefe de la policía militar del ELK; hasta el momento ha habido 25 muertos y 34 heridos por la explosión de minas, el último de ellos el pasado domingo en las cercanías de Pristina, y cada vez son más numerosos los coches modelo Mercedes con matrícula de Tirana que circulan por Pristina, mientras las calles de la capital se han llenado de niños que venden tabaco de contrabando.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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