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El primer ministro israelí se compromete ante Arafat a respetar los acuerdos para la paz

El nuevo primer ministro israelí, Ehud Barak, se comprometió ayer, al finalizar su primera reunión con el presidente palestino, Yasir Arafat, a aplicar los acuerdos de Wye Plantation, firmados en octubre de 1998 y reiteradamente incumplidos por su predecesor, Benjamín Netanyahu. El líder laborista, sin embargo, no precisó ni cuándo ni cómo se harían realidad estos pactos, entre los que destaca un nuevo repliegue del Ejército israelí de Cisjordania, aunque dio a entender que se cumplirían en el marco de los acuerdos definitivos sobre la cuestión palestina, aún por discutir.

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"Estamos decididos a aplicar los acuerdos de Wye, así como todos los acuerdos alcanzados", aseguró ayer Ehud Barak en el paso fronterizo de Erez, entre la franja de Gaza e Israel, al finalizar una reunión de cerca de una hora con Arafat. Ésta es la primera cita que mantiene con el presidente palestino, desde que tomara posesión de la jefatura del Gobierno el martes. Barak dejó parcialmente sobreentendido que la aplicación de esos pactos se realizaría simultáneamente con la negociación de los acuerdos finales sobre fronteras definitivas, el estatuto de Jerusalén y la situación de los refugiados que se encuentran en otros países, en espera del retorno, entre otros temas.

Las palabras de Barak dejan una puerta abierta a la esperanza, ya que reflejan el primer compromiso claro y explícito del nuevo Gobierno laborista por cumplir los acuerdos pactados con los palestinos, algo sobre lo que el jefe del Ejecutivo israelí guardó silencio durante la pasada campaña electoral, a pesar de que su partido, cuando se encontraba en la oposición, rubricó y bendijo los pactos de Wye, exigiendo entonces a Benjamín Netanyahu que los hiciera realidad en un plazo breve.

Las afirmaciones solemnes de Barak, comprometiéndose a aplicar Wye, aunque quedan cojas, sirvieron también para disipar los rumores difundidos por la prensa en los últimos días, según los cuales el nuevo Gobierno laborista pretendía una renegociación o revisión de los citados pactos, lo que había provocado inquietud entre los palestinos.

Los acuerdos de Wye, firmados entre Arafat y Netanyahu en octubre de 1998, nunca han sido cumplidos. Quedan pendientes, entre otros temas, el repliegue de las tropas israelíes de un 13% del territorio ocupado de Cisjordania, la paralización de la construcción de los nuevos asentamientos, la liberación de los presos palestinos y una serie de medidas prácticas que permitirán la plena utilización del aeropuerto de Gaza, la construcción de un puerto y el establecimiento de un corredor seguro y permanente entre los territorios palestinos autónomos.

El presidente de la Autoridad Palestina buscó en vano un compromiso tajante y preciso sobre algunos de los temas más candentes para sus conciudadanos, como el de los asentamientos israelíes y los presos.

"Las actividades de colonización son ilegales y destructivas para el proceso de paz. Por la salvación de la paz pido al Gobierno israelí que detenga inmediatamente la colonización", insistió ayer Arafat en la conferencia de prensa, dirigiéndose a Barak. La sugerencia del líder palestino fue contestada con evasivas por Barak quien se limitó a contestarle que, de ahora en adelante, "no se construirán nuevas colonias, pero no se desmantelarán las ya existentes".

Al parecer, el único punto menor en el que Barak se mostró más tolerante fue aceptar a la liberación de los 750 detenidos palestinos con el fin de evitar crispar aún más a la población palestina, que desde hace unas semanas ha empezado a manifestarse para pedir que los presos vuelvan a casa. Ayer, estas manifestaciones se produjeron en las cercanías de Erez, pocas horas antes de la cumbre palestino-israelí.

Barak ha prometido volverse a reunir con Arafat tan pronto como finalice sus contactos internacionales. Estos contactos se iniciaron el viernes en Alejandría donde se entrevistó con el presidente egipcio Hosni Mubarak, proseguirán mañana por la noche en Aqaba, donde se reunirá con el rey Abdalá II de Jordania, para culminar en Estados Unidos, donde permanecerá seis días y donde por dos veces se encontrará con Bill Clinton.

Barak tiene proyectado asimismo reunirse en Jerusalén con el presidente del Gobierno español, Jose María Aznar, cuando éste se desplace dentro de una semana a la región para visitar Líbano, Siria y Jordania.

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