Noctámbulos de museo

Que los museos en verano abran por la noche no es ninguna novedad. Pero sí lo es que todos los años mejoren su oferta. Lo que empezó siendo una jornada de puertas abiertas nocturnas con algunas actividades, se ha convertido en una competencia -sana, se entiende- para atraer al noctámbulo con la mejor oferta posible. Conciertos de jazz, flamenco, clásica, música experimental, cine o juegos de rol se incluyen en los programas de la Fundación Miró, el Macba, el Espai Gaudí-La Pedrera, el Museo de Historia de la Ciudad, el Nacional de Cataluña o el CCCB. La mentalidad de los responsables de los espacios del arte está cambiando, cada vez más convencidos de que la noche ya no es un coto vedado para ellos. Las noches de La Pedrera han levantado mucha expectación. Poco después de las 21.30 la gente hace cola frente a las taquillas del Espai Gaudí. Un ascensor les lleva hasta la azotea, donde el público se acomoda como puede en las escaleras, las barandillas y todo lo que encuentra para hacer de silla. ¿Cuál es el perfil del que acude a los museos de noche? "La Pedrera es un espacio mágico, surrealista, que permite un ambiente íntimo para todos los gustos", comenta Daniel Giralt-Miracle, director del Espai Gaudí. Hay visitantes de todas las edades. Una mujer mayor resbala y se cae. No ha habido fractura, pero seguro que le sale algún cardenal. "Tomamos todas las medidas de precaución posibles", asegura la dirección. Los cientos de peldaños, curvas, subidas y bajadas no ponen las cosas fáciles. La gente es muy respetuosa con el entorno y no hay ni una colilla en el suelo.PASA A LA PÁGINA 10