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Los tabúes estéticos de la moda masculina van cayendo en Milán

La osadía marca las colecciones de los diseñadores italianos

Esta vez ha sido más difícil sorprender a cronistas y compradores. La pasarela de Milán, que concluye hoy sus desfiles de ropa masculina para la próxima temporada primavera-verano, ha tenido que contentarse con avanzar tan sólo un paso más en la línea de osadía estética propuesta en ediciones anteriores. Un paso que incluye mangas hasta el codo en las camisas masculinas, pantalones cortos con calcetines hasta media pierna y la irrupción sin barreras de los colores cálidos, hasta en la colección de un clásico como Valentino.

La propuesta de Valentino, hombres vestidos de rojo de la cabeza a los pies, quedó en un juego de niños ante el eterno rizar el rizo de la originalidad temática de algunos desfiles. La palma se la llevó la modista Laura Biagiotti, que decidió eliminar barreras entre pasarela y vestuarios, dejando a la vista del público a sus modelos en todo momento. La tendencia deportivo-interplanetaria lanzada hace un par de temporadas por Miuccia Prada se consolida como el elemento más fuerte en la mayor parte de los desfiles que se han visto en Milán. Jóvenes adonis luciendo enormes zapatos deportivos (decorados con piel de pitón los que propone Dolce & Gavanna), pantalones de nailon o plastificados, pero siempre pegados al cuerpo, se alternan con el modelo de nuevo dandi, vestido siempre en marrón oscuro, de Gianfranco Ferré.

La osadía de Prada permite a esta firma proponer como tendencia para el verano del 2000 los horrendos calcetines altos, perfectamente visibles, en combinación con minipantalones, o sugerir los conjuntos de pantalones ceñidos con camisas blancas de manga hasta el codo y chaleco metido por dentro del pantalón, bien sujeto con un cinturón-llavero.

La influencia de esta firma ha sido tan fuerte que hasta el maestro Valentino, con más de treinta años de experiencia en sastrería a las espaldas, hizo desfilar el miércoles a unos efebos de enormes pectorales vestidos con la omnipresente ropa deportiva (bolso en bandolera incluido) en versión rojo encendido. Pantalones, chalecos y bolsos se proponen en piel de potro, una tendencia que aparecía ya en las vitrinas de algunas tiendas de moda, como las de la firma Tod"s, esta temporada.

Inspiración africana

Una firma como Etro se ha lanzado en busca de inspiración al África negra proponiendo, como explicaba su creador, Kean Etro, "camisas que son como los patchworks, creados por las tribus africanas con la ropa desechada por los europeos". Remiendos que en caso de Etro cuestan cifras fabulosas, lo mismo que los bañadores confeccionados con seda pura, "tomada de antiguos fulares". Un detalle importante: las chaquetas son de rafia. Un material original, aunque quizá no demasiado cómodo. A falta del desfile de Giorgio Armani, está claro que el clasicismo se queda sólo para los sastres como Fusco, o para los americanos como Calvin Klein, decididamente partidarios del sentido común urbano. La línea del modista americano juega con tonos ciudadanos inspirados en materiales de construcción -cemento, yeso...-, asfalto y un denominado "blanco óptico".

Las chaquetas, algunas con mangas cortas, confeccionadas en pieles sutiles o algodón tratado con resinas, y los pantalones sin pinzas, un poco cortos para lucir bien zapatos ligeros, en tonos claros y con suela de goma, constituyen los puntos fuertes de la colección del diseñador estadounidense.

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