El ruido de Roma sofoca el concierto de campanas de Barber

O Roma Nobilis, el concierto de campanas compuesto por el artista valenciano Llorenç Barber en homenaje -compartido por la Embajada de España ante la Santa Sede- a la Ciudad Eterna, en vísperas del III Milenio, se escuchó la noche del lunes tan sólo tenuemente en la mayor parte del casco antiguo de la ciudad. El propio artista había alertado, horas antes de la interpretación de O Roma Nobilis -en la que participaron 175 soldados del Arma de Artillería y un grupo de músicos del Arma de Carabinieri-, sobre las dificultades de audición de una pieza de estas características. Barber aconsejó escuchar desde una posición elevada, una terraza o un mirador, el sonido acompasado de las campanas, que quedó parcialmente sofocado por el tráfico y el estruendo de la movida nocturna romana. Las campanas de 65 iglesias romanas participaron en el concierto; campanas que no merecieron demasiados elogios de Barber. "No son ni buenas, ni grandes, ni tradicionales. Y los campanarios son más bien espadañas", comentó el artista en la rueda de prensa de presentación del concierto, en la que alabó los campanarios de Salzsburgo y Estocolmo. Aun así, la interpretación de O Roma Nobilis representó todo un triunfo, habida cuenta de las dificultades burocráticas planteadas al compositor por párrocos y sacristanes. "La organización de este concierto ha sido la más infernal en 12 años de actividad artística", dijo el artista.