Barcelona acoge un simposio europeo de diseño de joyas contemporáneas

La joyería contemporánea es todavía un campo creativo que tiene que encontrar su propio hueco. La mentalidad que pervive es considerar la joya como inversión o como herencia familiar. En la joyería innovadora se han abierto en los últimos años dos caminos: el de la joya de diseño y la ligada al arte, que exige actitud vital y valores de personalidad más marcados. En el marco de la V Primavera del Diseño ayer se clausuró en Barcelona Arts Ornata Mediterranea, 6º Simposio Europeo de Joyería Contemporánea, que ha reunido a unos 130 orfebres de 16 países y cuyo objetivo es confrontar experiencias de joyeros europeos que apuestan por la renovación. Ars Ornata Mediterranea, organizada por la sección de orfebres de la asociación Fomento de las Artes Decorativas (FAD), tuvo tres ámbitos temáticos principales: el análisis de la pedagogía de la joyería contemporánea, reivindicar el sentido lúdico y creativo de este ámbito y confrontar la actual creación con el pasado. "Me considero heredero de una tradición, pero también siento la conexión de la joyería contemporánea con los antiguos rituales primitivos", explica Ramón Puig Cuyàs, joyero y profesor de la escuela Massana de Barcelona que el pasado viernes realizó la lectura inaugural del simposio. "La joya nació como sentimiento", añade, " y como necesidad de protección. Durante años fue factor de ostentación. Propongo desnudar este valor añadido y acercar mi obra a los orígenes".

Otra característica de la joyería contemporánea es no utilizar necesariamente materiales nobles. "No vendo materiales, los utilizo. Al igual que utilizo el oro y la plata, puedo utilizar madera o plástico", añade Puig Cuyás, quien realiza pequeñas composiciones en las que se establece una gran familiaridad con la pintura y la escultura.