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Dos grandes telescopios gemelos y robóticos permitirán observar todo el cielo

Ayer se inauguró el Gemini Norte en el volcán Mauna Kea de las islas Hawai

El impresionante parque de telescopios instalado sobre el dormido volcán Mauna Kea, en Hawai, se enriqueció ayer con un nuevo instrumento de propiedad internacional. El Gemini Norte, recién inaugurado, con su espejo de 8,1 metros de diámetro, permitirá ver el cielo del hemisferio norte con una gran claridad y eficacia, fruto tanto de la tecnología avanzada que posee como de su diseño de uso, que implica el manejo por control remoto desde el nivel del mar. Con su gemelo, el Gemini Sur, que se construye en Chile, podrá observar todo el cielo de forma uniforme.

De los nuevos telescopios Gemini, el primero de los cuales no empezará a observar hasta el año 2000, sus reponsables subrayan dos características. La fabricación de sus espejos con avanzadas tecnologías, en el mismo lugar donde se instalan, los convertirá, esperan, en los reyes del infrarrojo, una zona interesante del espectro electromagnético en la que radian los objetos celestes. Podrán ver con gran claridad a través de las nubes de polvo y gas que enmascaran muchas regiones del Universo si se observan en la luz visible. Son zonas donde se están formando estrellas y planetas, y también los núcleos de las galaxias que pueden albergar agujeros negros. Una segunda característica es la incorporación del control remoto y de la cola de espera semiautomatizada. Hace ya años que los astrónomos no observan directamente por los telescopios, sino que reciben las imágenes en sus monitores en los centros de control adyacentes a los instrumentos, desde donde se apuntan también éstos.

Esta nueva generación está diseñada para que el centro de control pueda estar muy lejos, en condiciones mucho más cómodas que las altas cumbres en las que se construyen los telescopios y para que los astrónomos no tengan siquiera que trasladarse en muchos casos. En el centro de control decidirán cuándo se hace cada observación, en función de las condiciones. El Gemini Norte está a 4.214 metros de altura, y el Gemini Sur, en Cerro Pachón (Chile), a 2.737 metros.

En los últimos años la revolución astronómica pasa por los telescopios espaciales, pero también por los nuevos grandes telescopios terrestres, proyectos iniciados cuando los avances tecnológicos indicaron que era hora de ampliar de nuevo las fronteras de la astronomía. Sus espejos superan en todos los casos los ocho metros de diámetro, con los que pueden recoger más luz, ver más lejos y también distinguir más detalles.

Los dos Gemini, cada uno en un hemisferio, responden a ese interés por poseer instrumentos mucho mayores que la anterior generación de cuatro metros para una amplia variedad de observaciones pendientes. Sus espejos de 8,1 metros de diámetro los hacen similares a los cuatro telescopios VLT que el Observatorio Europeo Austral construye actualmente en Chile, dos de los cuales ya han empezado a funcionar, y al telescopio japonés Subaru, instalado en el mismo lugar que el Gemini Norte.

En un rango aparte, aunque también en Hawai, están los telescopios Keck, ya en funcionamiento, cuyos espejos fragmentados tienen 10 metros de diámetro. Del mismo diámetro es el Grantecan, el proyecto español ya en marcha para el observatorio de Canarias. Pero mientras los Keck son totalmente privados (han sido financiados por la Fundación Keck) y sus gestores no tienen que dar cuenta a nadie, los telescopios Gemini son de propiedad pública, como los VLT, ya que han sido financiados en su mayor parte por la Fundación Nacional para la Ciencia de EEUU, en colaboración con los Gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Canadá, Australia y Reino Unido.

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