_
_
_
_

Las compañías aéreas rechazan un futuro aeropuerto en Campo Real

Vicente González Olaya

La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que aglutina al 90% de las aerolíneas que operan en España, incluida Iberia, rechaza de plano la construcción de un nuevo aeropuerto en el municipio de Campo Real, tal y como propone el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón. El Ejecutivo regional considera que este nuevo aeródromo solucionará el actual caos aéreo y reducirá el impacto medioambiental negativo que una nueva ampliación de Barajas (apoyada por el Ministerio de Fomento) causaría en los municipios cercanos. Pero la Asociación de Líneas Aéreas disiente. Esta entidad emitió ayer un duro comunicado contra los planes aeronáuticos del Gobierno regional: un aeródromo de ocho pistas antes de diez años. Sin embargo, este aeropuerto -con una capacidad teórica de hasta 200 movimientos a la hora, frente a los 120 que alcanzaría un Barajas con cuatro pistas- es calificado por la ALA de "solución política".

Más información
Dos proyectos enfrentados

Las aerolíneas están convencidas de que Campo Real "no ofrecería más capacidad de vuelos que un Barajas ampliado". Aseguran que el aeropuerto con que sueña el Ejecutivo regional "no es viable, ya que Barajas y Campo Real no son compatibles" por la "coincidencia de su espacio aéreo". Actualmente la única forma de efectuar las maniobras de acercamiento a Barajas es por la vertical de Campo Real. Por esta razón, si el aeropuerto deseado por la Comunidad entrase en funcionamiento, Barajas se vería obligado a cerrar. Las líneas aéreas consideran que la única solución es construir un nuevo aeródromo, pero "complementario". Los aeródromos tendrían que estar lo suficientemente distantes para no interferirse.

El viceconsejero de Obras Públicas, Luis Peral, replicó ayer que las ciudades que tienen dos aeropuertos abiertos al mismo tiempo "se arrepienten". Las conexiones son muy complicadas y obligan a los viajeros a realizar engorrosos transbordos que restan operatividad. El viceconsejero recuerda que, por esta razón, cuando empiece a funcionar Campo Real, Barajas deberá ser cerrado.

Las aerolíneas afirman que el cierre de Barajas disparará el paro y dañará la industria local

Las compañías aéreas destacan que los planes de la Comunidad de Madrid no tienen en cuenta las "dificultades técnicas y sociales del proyecto". El viceconsejero de Obras Públicas, Luis Peral, disiente: "Si algo no es Campo Real es una apuesta política, sino una previsión optimista de futuro. Los políticos deben dar soluciones a los usuarios, y Campo Real lo es. Tampoco hay dificultades de tipo técnico para levantar el aeropuerto, y menos de accesibilidad". Recuerda que junto a este aeropuerto se trazarán autovías de peaje y conexiones con los trenes de alta velocidad. La ALA, según se desprende de su comunicado oficial, está muy preocupada porque el cierre de Barajas "aumentará el paro en los alrededores del aeropuerto (Barajas, Torrejón, Coslada, San Fernando, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Algete)" y teme además que se disparen los gastos de transporte de los trabajadores aeroportuarios, que "no tendrían más remedio que desplazarse al nuevo [aeropuerto]", por lo que "sus gastos se verán incrementados notablemente, lo que socialmente no es aconsejable".

Además, según las aerolíneas, "el cierre de Barajas crearía una pérdida de empleo y negocio para toda el área que delimita los alrededores de Barajas, como es la hostelería, la restauración, las viviendas o los colegios".

El viceconsejero de Obras Públicas afirmó ayer que "lo que sí está dañando a Madrid es la pérdida de pasajeros que se produce por la falta de capacidad de Barajas". El director general de Urbanismo, Pedro Ortiz, calculó en una ocasión que el colapso aeroportuario costaba 100.000 millones de pesetas a las arcas regionales. "Cada millón de pasajeros que no puede llegar a Madrid produce la pérdida de 5.000 empleos", añade, tajante, Peral.

El viceconsejero rechaza también las argumentaciones de la ALA sobre los elevados costes de transporte para los trabajadores del nuevo aeropuerto. Considera que "llegar a Campo Real será más barato que acercarse a Barajas". Recordó que un abono de transportes de la zona C-1 (donde se sitúa Campo Real) cuesta 7.340 pesetas y que cada usuario efectúa una media de 100 viajes al mes. "Eso da 73 pesetas por viaje, bastante menos de lo que cuesta un billete de autobús al aeropuerto o un taxi hasta Barajas. Creo que la ALA sabrá mucho de aviones, pero desconoce las tarifas del transporte regional", se queja.

Las aerolíneas destacan además en su nota que los "pasajeros que utilizasen el proyectado aeropuerto [está a 25 kilómetros de Madrid], además de encarecerse su desplazamiento, deberán dedicar muchísimo más tiempo para llegar al mismo".

Peral replica que los usuarios de Campo Real tendrán que cambiar sus "hábitos de transporte". "Este nuevo aeropuerto tendrá metro, tren y estará perfectamente comunicado por autopistas con Madrid. No sé por qué se va a tardar muchísimo más tiempo, tal y como dicen las aerolíneas", señala.

El comunicado de la ALA, que efectúa un repaso a todos los inconvenientes de Campo Real, no hace, sin embargo, ninguna mención a los problemas medioambientales que, según los vecinos, provocará la ampliación de Barajas. La Comunidad siempre ha argumentado que Barajas no podía crecer más por el impacto acústico que provocará el tráfico aéreo que generarán las nuevas pistas en los municipios cercanos. En Campo Real, población alejada de los grandes núcleos, su impacto acústico sería menor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_