Belgrado teme una conspiración para derrocar al presidente

ENVIADO ESPECIALPor primera vez desde la expulsión de tropas serbias y la ocupación aliada de Kosovo, Belgrado comienza a hablar de una conspiración dirigida y financiada por Washington para deponer al Gobierno de Slobodan Milosevic.

El Ejecutivo yugoslavo está preocupado en vísperas de que el Parlamento Federal vote el levantamiento del estado de guerra en una sesión extraordinaria fijada para hoy. Existen temores de que la anulación de las leyes de emergencia -que entre otras cosas prohíben las manifestaciones- abra las puertas a un periodo de protestas populares contra el Gobierno de Belgrado y las desastrosas consecuencias de su guerra contra la Alianza Atlántica.

En medios de Belgrado se asegura que líderes de la oposición en Serbia y Montenegro han comenzado a urdir una conjura con participación del enviado especial de Washington para los Balcanes, Robert Gelbard. El diario Politika, uno de los más influyentes de la capital yugoslava, sostiene que Gelbard, cuyo Gobierno, al igual que aquel de Londres, insiste en que no brindará ayuda alguna para la reconstrucción de Yugoslavia mientras Milosevic permanezca en el poder, ha sostenido reuniones con dirigentes de la oposición cerca del balneario montenegrino de Herceg Novi.

El objetivo, apunta Politika en un editorial, "es el violento derrocamiento de las autoridades de Yugoslavia". La versión acusa abiertamente de conspiración al exprimer ministro Milan Panic "que tiene una necesidad crónica de reciclarse a sí mismo" y al presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, "que se las arregla para mantener su deshonra". La Iglesia ortodoxa, que hace pocos días pidió la renuncia del Gobierno, también ha sido acusada de participar en esta "conspiración".