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El equipo Diller+Scofidio realiza instalaciones sin fronteras artísticas

La pareja presenta en Madrid obras sobre arquitectura y tecnología

"La arquitectura es una mezcla de ladrillos y píxeles", declaró ayer Elisabeth Diller mientras montaba dos instalaciones en las sala 2 de la Arquería de los Nuevos Ministerios de Madrid (paseo de la Castellana, 67). El ordenador, la tecnología y la arquitectura forman parte de unas obras que presentan una visión crítica del legado del movimiento moderno con materiales que atraviesan las fronteras del arte.

Elisabeth Diller (Lodz, Polonia, 1954) y Ricardo Scofidio (Nueva York, 1935), profesores de Arquitectura, socios y pareja desde 1979, realizan desde Nueva Yok una serie de propuestas en las que mezclan la instalación, el vídeo, la actuación, la música, la escultura, la danza y el teatro en estrecha relación con la arquitectura. Es la primera vez que presentan su trabajo en Madrid -hasta el 2 de julio-, organizado por el Ministerio de Fomento, con el arquitecto Gabriel Allende como comisario, dentro del programa del festival internacional de fotografía PhotoEspaña 99. En otra sala se exponen hasta el domingo dibujos de Erich Mendelsohn. "Intentamos integrar la tecnología y la arquitectura en un trabajo crítico dirigido a los espacios públicos", declara Elisabeth Diller. Para Gabriel Allende, esta pareja -que está a la vanguardia de las instalaciones y tiene un reconocimiento en los museos más importantes- se mueve en un campo de tangencias con unas propuestas a la vez visuales y tecnológicas, aunque siempre con un origen arquitectónico. "El enfoque crítico se sitúa en la manera de decir las cosas cuando habla del tiempo, el espacio, los materiales, la información, el orden y la arquitectura".

Esta pareja presenta en Madrid dos instalaciones, dentro de un trabajo actual que incluye un proyecto de viviendas en Japón, una obra multimedia en diversos lugares de Europa e instalaciones a gran escala en espacios públicos. En la Fundación Cartier acaba de presentar una pieza de ciencia-ficción en la que figuran juguetes tradicionales que, con determinados programas, se convierten en robots situados en un edificio de cristal.

El equipo interdisciplinar Diller+Scofidio se sitúa en el centro de la tecnología, entre los arquitectos que están a favor o en contra de la tecnología. Como cuestiones que se pueden plantear, Diller señala la retórica del progreso, el legado del movimiento moderno, la relación entre el muro cortina de cristal y la seguridad y la pérdida de valores. "Intentamos utilizar la tecnología en espacios públicos, y no en el ordenador".

El primer espacio está ocupado por la videoinstalación generada por ordenador Pageant, de 1996, que se puede proyectar en diferentes escalas y superficies. En esta ocasión se proyecta sobre el suelo de la sala a oscuras, entre los visitantes, que pueden seguir las evoluciones gráficas de distintas imágenes corporativas que se van transformando en otros logotipos. En la siguiente sala se ha colocado la instalación interactiva Indigestion, de 1995. El vídeo escenifica una cena proyectada sobre una pantalla horizontal como si fuera una mesa en la que se sitúa una pareja que el espectador puede elegir en un monitor. Diller dice que es una crítica de estereotipos, una especie de parodia en un espacio privado.

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