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Los primeros neutrinos llegan al detector de Sudbury

Los neutrinos han empezado a hacerse notar en el nuevo observatorio de Sudbury, un telescopio poco común situado en una mina de níquel en Canadá, a 2.000 metros bajo tierra, que ahora se inaugura. La ubicación de esta instalación científica responde a la necesidad de proteger el detector frente al bombardeo de rayos cósmicos y otras fuentes de ruido de fondo que impiden captar la señal de los elusivos neutrinos. Estas partículas elementales apenas interaccionan con la materia y resulta extremadamente difícil observarlas en un detector, pese a que miles de millones de ellas atraviesan cada centímetro cuadrado de nuestro planeta cada segundo. El nuevo Sudbury Neutrino Observatory (SNO) es obra de un centenar de científicos de Canadá, EEUU y Reino Unido y el objetivo es detectar neutrinos producidos en el Sol para intentar aclarar un problema científico: por qué los detectores existentes no observan tantos neutrinos solares como las teorías de funcionamiento de la estrella predicen.

El detector de Sudbury intentará aclarar los interrogantes abiertos sobre las propiedades de los neutrinos y sobre el núcleo del Sol, un horno termonuclear en el que se producen neutrinos, así como la energía que escapa de la superficie solar en forma de luz. El SNO es un gran tanque de 1.000 toneladas de agua pesada con 9.600 sensores de luz para registrar el efecto de la interacción de los neutrinos con átomos de agua. Se espera registrar entre 10 y 20 neutrinos al día.

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