Cientos de guerrilleros del ELK dificultan el control aliado de Kosovo

Varios cientos de militantes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) trataron ayer de llenar el vacío militar dejado en su salida por el Ejército serbio. Las tropas de la OTAN confiesan que no tienen instrucciones de desarmar a los guerrilleros, que montaron una especie de cuartel general en Prizren y comenzaron a actuar como la nueva autoridad de esa ciudad. El jefe de las tropas británicas que forman parte de la fuerza internacional (Kfor) advirtió ayer de que la hostilidad del ELK contra los soldados serbios podría retrasar la retirada de éstos y dificultar el control del territorio por parte de la OTAN. Los miembros del ELK están, además, colaborando con los aliados en la localización de los escenarios de matanzas cometidas por los serbios. Ayer fue hallada una casa en la que se encontraban los cadáveres calcinados de 20 personas. Los problemas de la posguerra en Kosovo surgieron también en la frontera con Macedonia, donde dos refugiados que regresaban a sus hogares murieron al pisar una mina. En esa zona se produjo ayer el primer intento de retorno masivo de refugiados. Esa posibilidad es considerada por la ONU como uno de los peores riesgos existentes. Entretanto, el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, sufrió ayer un nuevo revés cuando la influyente iglesia ortodoxa serbia pidió su dimisión "en interés del pueblo".