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Los trabajadores en huelga de la incineradora dicen que el horno quemó ayer residuos tóxicos

Los 130 trabajadores de la incineradora de Valdemingómez cumplieron ayer su séptima jornada de huelga. A los 60 obreros en paro (el resto trabaja para cumplir los servicios mínimos) se sumaron los encargados de separar los residuos cuya combustión sería peligrosa (como plásticos o neumáticos) de los restos que pueden arder en el horno sin ningún peligro. La situación se produjo a las ocho de la mañana, después de que los trabajadores en huelga convencieran a los 40 empleados de las dos subcontratas, Félix Martín y Agotrans, para que no entraran a trabajar. Uno de los huelguistas reconoce que "aproximadamente el 50% de la efectividad de la huelga depende de ellos". Pedro García Anuncibay, de UGT, asegura que la decisión de convencer a estos empleados se tomó "después de que la empresa amenazase con el cierre patronal".

"Sembrar el pánico"

La empresa Tirmadrid, por su parte, ha negado que los paros de los encargados de separar la basura esté ocasionando la incineración de residuos peligrosos y acusó a los trabajadores de "sembrar un pánico poco ético en la población". Un portavoz de Tirmadrid aseguró ayer que los servicios mínimos " garantizan tanto las labores de separación como las de reciclado e incineración de basuras". "Los servicios mínimos no dan abasto. Normalmente hay cuatro personas separando desperdicios. Ahora hay dos", replicaron los huelguistas. El portavoz de Tirmadrid añadió que la empresa sí ha advertido a los trabajadores de que si continúan el paro cerrará las instalaciones. Esta decisión se justifica, según Tirmadrid, en que los trabajadores, "apostados en las puertas", impiden a los camiones cargados de cal y arena entrar en el recinto". Estos materiales son necesarios para la incineración. Los trabajadores negaron ayer que estorben a los camiones.

Las últimas negociaciones entre empleados y empresa, celebradas el lunes, acabaron en ruptura. El origen de la controversia es salarial. Los trabajadores pretendían, en un principio, una subida de sueldo que rondaba el 30%. Después rebajaron al 19%. La empresa ofrece el 10%.

El concejal en funciones del PSOE, Rafael Merino, encargado de temas medioambientales, se ofreció ayer como mediador "a fin de solucionar el conflicto".

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