José Antonio Quirós lleva al cine la crisis de la minería asturiana
"No quiero moralizar", declara el director
Un minero asturiano, abocado a una cómoda jubilación anticipada, emprende una caminata a pie hasta Madrid con su esposa y uno de sus hijos para reclamar al Rey que se le permita trabajar. El realizador José Antonio Quirós (Asturias, 1963) vuelve a adentrarse en el mítico universo de la minería del carbón, ahora en su primer largometraje, Pídele cuentas al rey, tras el éxito de su documental Solas en la tierra, en el que abordó el dramatismo de las viudas de los mineros muertos en el tajo. "Es la historia de una respuesta individual ante una crisis colectiva", afirma José Antonio Quirós.
, El rodaje de Pídele cuentas al rey, producida por Pedro Costa y Enrique Cerezo, comenzará el próximo día 14 y se prolongará durante siete semanas, con un presupuesto de 250 millones de pesetas, y la participación de Antonio Resines y Adriana Ozores en los principales papeles. El realizador asturiano José Antonio Quirós parte de la decadencia y declive de la antaño pujante industria hullera, del cierre de las minas y de la reducción ininterrumpida de empleos que soportan las cuencas mineras del Principado, para plantear el dilema de un trabajador que toma en solitario la decisión de renunciar al conformismo acomodaticio de las prejubilaciones. "Lo que más me interesan son las personas. No quiero moralizar, sino reflexionar sobre el individuo con el pretexto de una situación social. Por eso es una película de personajes (participan 76 actores y unos 450 figurantes)". Pedro Costa, productor, que aborda este nuevo proyecto tras el éxito de películas como Amantes y La buena estrella, señala que Pídele cuentas al rey es la historia "de un héroe al estilo de Brecht". "Su comportamiento es heroico porque toma una decisión contraria a la de la generalidad del colectivo y, sin embargo, es él quien defiende y representa los verdaderos intereses de ese grupo".
Humor ácido
Como ocurriera en el documental Solas en la tierra, el primer largo de Quirós afronta el dramatismo de la realidad con una manifiesta devoción por la sencillez y el realismo, pero con una visión no exenta de humorismo e ironía. "El humor es una forma de preocuparse por las cosas. Y, ante un contexto duro, me gusta llevar las situaciones hasta un punto en el que el espectador no sepa si llorar o reír". No es, por tanto, "una comedia superficial, ni banal, ni sexista", afirma Costa, "al estilo de las comedias españolas que dan tanto dinero. Es, por el contrario, un humor ácido y tragicómico, profundo, más cercano al Berlanga de El verdugo". "En mi pueblo siempre vi a los mineros cantando, haciendo gala de un gran sentido del humor y de mucha ironía, porque para ellos también ésa era la forma de escapar de un mundo tan cruel", explica Quirós. La infancia y adolescencia de Quirós transcurrieron en Morcín, al pie de un pozo minero, en la cuenca hullera del Caudal. Como el personaje central de su película (encarnado por el actor Antonio Resines), que peregrina a Madrid para reclamar lo que considera suyo, el cineasta huyó del mundo cerrado y la cargada atmósfera de la minería de carbón para volver de nuevo sobre ella. "En España nunca se ha hecho una película que aborde un problema social, real y concreto, como ésta", afirma Pedro Costa. "Con este personaje termina la minería", apunta simbólicamente Quirós. El desenlace de la película, que Quirós se niega a desvelar, será, advierte, profético y sorprendente. "Ocurrirán cosas a partir del final". En la Casa Real ya lo conocen y han dado consentimiento. El rodaje se hará en Asturias (en los valles mineros, sobre todo el del Caudal, y en Pajares), León, Valladolid y Madrid, al que se incorporarán además en el reparto Emma Penella, Jesús Bonilla y Manuel Alexandre.
Babelia
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