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Bélgica permite vender pollos a las granjas que no compraron pienso con dioxina

Romay se compromete a "atemperar" el bloqueo para adaptarse a las medidas europeas

El primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene, ha decidido permitir desde hoy la venta de pollos procedentes de 2.456 de las 3.266 explotaciones avícolas del país. Los productos de las 810 restantes granjas siguen estando prohibidos porque se abastecieron de piensos fabricados con materias grasas de la empresa Verkest, contaminadas con dioxina. El único requisito pedido por el Gobierno para que una empresa pase de la lista negra a la blanca es dar su palabra de honor de que no ha comprado pienso a ninguno de los nueve productores belgas que se abastecieron en Verkest.

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Doce días de decisiones contradictorias concluyeron ayer con la adopción del método más sencillo, aunque probablemente no el más fiable. El censo de productores de pollos limpios de dioxina se ha realizado a través de una encuesta llevada a cabo por la federación profesional de fabricantes de alimentos para ganado. Los empresarios han contestado poniendo en juego su palabra de honor. El Gobierno ha previsto la imposición de fuertes sanciones a quien haya mentido.El Ejecutivo belga espera anunciar hoy una medida semejante para los sectores porcino y bovino. El sistema que se seguirá es el mismo: encuesta y palabra de honor. El primer ministro Dehaene subrayó ayer que, aunque está suspendida la matanza, la venta de carne de cerdo y ternera no está prohibida, salvo aquellos productos o derivados (como las salchichas, las morcillas y la mantequilla) con gran concentración de grasas y, por lo tanto, mayor riesgo de contener dioxina. Y recordó una vez más que sigue autorizada la venta de leche, pero no de mantequilla.

En paralelo a estas decisiones, el Gobierno belga ha puesto en marcha entre 300 y 350 análisis de PCB, una sustancia que suele acompañar a la dioxina y cuya detección se puede hacer en 48 horas en lugar de las cuatro semanas que requieren los análisis de dioxina. Estos estudios se realizarán en alimentos y animales procedentes de las empresas que han consumido grasas de Verkest y pretende esclarecer cuáles de ellas han adquirido grasas contaminadas y cuáles están libres de dioxina.

El primer ministro belga subrayó en una rueda de prensa que los informes solicitados a un grupo de 10 expertos demuestran que la presencia de dioxina es muy alta en el pollo alimentado con grasas de Verkest, pero muy baja en el ganado vacuno. Los expertos recomiendan mayor prudencia en el porcino.

El Gobierno belga no quiso ayer entrar en polémica con países como España o Francia, que están retirando del mercado todos los productos belgas de origen animal, una medida que va mucho más allá de la salvaguarda adoptada por la Comisión Europea. En cambio, la CE reiteró ayer que esas medidas van más allá de lo autorizado a nivel comunitario y, por lo tanto, deben anularse.

El requerimiento tuvo rápida respuesta por parte española. El ministro de Sanidad, José Manuel Romay, que asistía en Luxemburgo al Consejo de Ministros de Sanidad de la UE, aseguró que "España se adaptará a las exigencias de la Comisión Europea". Romay explicó: "Atemperaremos las medidas que habíamos tomado, a la vista de que todo hace pensar que lo que había decidido la Comisión es suficiente para garantizar la ausencia de todo riesgo para los ciudadanos".

En cambio, el ministro de Agricultura, Jesús Posadas, dijo que "habrá que estudiar" las críticas de un portavoz de la CE que ayer acusó a España y Francia de actuar en contra de la libre circulación de mercancías. En un acto en Sevilla, Posadas justificó el bloqueo a los productos belgas por el "principio de precaución para proteger la salud de los consumidores españoles".

Efectos electorales

En Bélgica, las encuestas empiezan a traslucir que los efectos de la crisis alimentaria pueden tener una enorme influencia en las elecciones legislativas, europeas y regionales del próximo domingo. En una encuesta publicada por el diario liberal Le Soir, casi un tercio de los encuestados admiten que la crisis les puede hacer cambiar su voto. Es una pésima noticia para los cuatro partidos en el Gobierno (socialcristianos y socialistas flamencos y francófonos). Los expertos creen que la crisis beneficiará a la oposición liberal, pero sobre todo a los ecologistas y a la extrema derecha, especialmente a los nacionalistas del Vlams Block.El Vlams Block, un partido xenófobo que defiende la expulsión de los extranjeros no europeos y hace campaña contra la ineficacia de la Administración belga, aspira a subir no sólo en Flandes -su feudo natural-, sino también en Bruselas. Los expertos temen que la crisis les permita ahora alcanzar apoyos suficientes para bloquear la formación de Gobierno en la región de Bruselas.

Dehaene negó que el levantamiento del embargo al pollo sea electoralista y rechazó, con más energía que convicción, las acusaciones de torpeza política. "No son los políticos quienes han echado dioxina en los contenedores de grasas", respondió con muy mal humor.

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