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Reportaje:

"Esto es mucho mejor que los campos de refugiados"

Ibush Bejtullahh es uno de los 225 refugiados albanokosovares que están instalados en el centro que la Fundación Pere Tarrés tiene en Tiana (Maresme). Ibush, quien llegó con su familia a Cataluña procedente de un campo de Macedonia, introdujo ayer todos sus datos personales en la página web de la Cruz Roja para poder localizar a su hermano Bashkim, de quien no sabía nada desde que empezó el conflicto bélico. Las posibilidades de Internet y de este servicio de reagrupación familiar han permitido que Ibush pudiera confirmar sus sospechas y localizar a su hermano en el campo de Chegrane, en Macedonia. Ahora, Ibush dejará periódicamente diversos mensajes en esta página web para que el resto de la familia sepan dónde están. En su primer mensaje, Ibush escribió: "Estoy con mi familia en España. Estamos muy bien en España". La puesta en marcha de este nuevo servicio de la Cruz Roja y el nacimiento de un nuevo refugiado, una niña llamada Besarta, un nombre que en albanés significa "honor", constituyeron las buenas noticias del primer día de puertas abiertas a los medios de comunicación en las instalaciones donde se alojan los refugiados, en plena naturaleza. Los albanokosovares no dudaron en expresar su gratitud por la buena acogida que les han dispensado desde su llegada. Todos aseguran sentirse "muy cómodos y a gusto". Es el caso de Edita, una joven de 15 años que vivía en Ferizaj y que ahora pasa la mayor parte del tiempo en la sala de estar junto a sus amigos refugiados. Los jóvenes aprovechan el tiempo para participar en diversos talleres, practicar deporte y jugar a cartas y al dominó. Pero la televisión es su mayor distracción y el medio que les pone en contacto con el idioma español. "Esto es mucho mejor que los campos de refugiados", afirma Edita. Su amigo Luan agradece los servicios que tienen a su disposición, pero asegura que desea "volver pronto a casa". Los jóvenes han solicitado un espacio propio, ya que ahora deben compartir la sala de estar con los mayores del grupo, algunos de los cuales guardan duelo por la muerte de familiares y les molesta el barullo. La máxima preocupación de los refugiados, especialmente los mayores, es saber cómo se desarrolla la situación bélica en su país y por eso siguen con atención las noticias que les llegan vía satélite. La mayoría no confían en un acuerdo de paz. "Son sólo palabras. Milosevic siempre promete y nunca hace nada", afirma Ibush. Agim asiente y añade que quiere volver cuanto antes para ayudar en la reconstrucción de su país. Desea que "los serbios se vayan de Kosovo" y que las fuerzas de la OTAN "entren cuanto antes". En cambio, Agim no desea la entrada de las fuerzas rusas porque, afirma, "son aliados de los serbios". En el centro de Tiana, los refugiados disponen de talleres y reciben las nociones básicas de español. Un grupo se responsabilizó de la elaboración de un folletín interno en el que hay información sobre el centro que los acoge y los servicios de que disponen. Según la Cruz Roja, en Tiana trabajan actualmente 32 técnicos profesionales de esta entidad, 234 voluntarios y 11 colaboradores. Marta Corachán, presidenta de la Cruz Roja de Cataluña, asegura que no se trata a los refugiados " como personas indefensas, ya que son individuos dotados de una gran capacidad de supervivencia". Según Corachán, ninguno de los refugiados presenta problemas importantes de salud. Este grupo de deportados permanecerá en Tiana hasta finales de mes. Posteriormente, las familias se trasladarán a cuatro municipios catalanes que no han sido especificados.

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