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La 'licencia única' retrasa desde hace más de un año las obras, según los promotores

Desde que un particular o promotor solicita al Ayuntamiento permiso para el comienzo de unas obras hasta que obtiene el visto bueno definitivo puede transcurrir una eternidad: siete u ocho meses, en el mejor de los casos; año y medio, si las cosas vienen mal dadas. Hace un año, la concejalía de Urbanismo creó mediante ordenanza la figura de la licencia única, un permiso que aglutinaba los de obras y actividades con el objeto de "simplificar trámites". Por ahora, el sistema funciona sólo regular. O muy mal, según el PSOE, que habla de "absoluto caos burocrático".

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Obtener una licencia municipal para comenzar una promoción de viviendas o, más sencillo aún, rehabilitar un local para usos comerciales, continúa siendo una aventura en la capital del Estado. El proceso es tan prolijo que la consecución de la autorización municipal puede demorarse entre un año y dieciocho meses por término medio, según los cálculos que maneja el grupo municipal socialista. Desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) las críticas son mucho más matizadas, pero también existe la percepción de que "a la maquinaria [burocrática] le falta engrase", en expresión de su gerente, José Manuel Galindo. Ante las críticas, el concejal de Urbanismo de, Ignacio del Río (PP), se ha comprometido a "agilizar" su gestión en este campo, para lo cual ha elaborado incluso un decálogo de compromisos y constituido una mesa de expertos.La administración nunca ha funcionado a velocidad de vértigo en todo lo relativo al papeleo previo, pero la situación parece haber empeorado desde la implantación de la llamada licencia única, el sistema con el que el Ejecutivo municipal procuraba justo lo contrario: ahorrarle trámites al ciudadano. La nueva fórmula se implantó el año pasado mediante la aprobación de la pertinente ordenanza, pero sus resultados son aún dudosos, según coinciden en señalar todos los sectores implicados.

"El concepto de licencia única representa un claro paso adelante", se apresura a matizar el gerente de Asprima, José Manuel Galindo. "Sin embargo", añade, "el rodaje del nuevo sistema está generando, indudablemente, algunos descontentos. Incluso entre los funcionarios de la administración hay quien lo ha entendido mejor y quien lo ha asimilado peor, lo que ralentiza algunas gestiones".

Opción para escépticos

Ante este panorama, Asprima ha propuesto al consistorio madrileño que la solicitud de la licencia única sea sólo una opción más que la administración le ofrece a sus administrados. De esta forma, los escépticos podrían seguir recurriendo al sistema de toda la vida: solicitar sólo la licencia de obras, que tarda menos en concederse, e ir avanzando con el trabajo de albañilería mientras se tramita el otro permiso, el de actividades.José María de la Riva, responsable del PSOE en materia urbanística, lo tiene claro. "El fracaso de la licencia única obedece, en primer caso, a la falta de personal. Hay tan pocas personas en determinados departamentos de la Gerencia Municipal de Urbanismo que los tapones que se forman son un completo caos", critica. A su juicio, el responsable último de todo este desbarajuste no es otro que el Ejecutivo municipal del PP. "Han invertido 4.000 millones en informatizar la Gerencia y ni con ésas han sido capaces de mejorar ni un poco la gestión. El motor económico de la ciudad está gripado por culpa de esta mala gestión", enfatizó.

Como estos desajustes burocráticos comienzan a ser un runrún creciente en sus oídos, el concejal del ramo, Ignacio del Río, se comprometió el jueves, en un acto en la Fundación del Colegio de Arquitectos, a "agilizar" los papeleos al máximo. Por lo pronto, el informe previo sobre incendios, que ahora se elabora desde las dependencias de Protección Civil, pasará a depender de la Gerencia Municipal de Urbanismo, según Asprima. De esta manera se simplificará un trámite que en la actualidad complica mucho las cosas, según fuentes conocedoras del proceso: "El hecho de que Protección Civil se encuentre físicamente en otro edificio multiplica la descoordinación".

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