Los Quince abordan en Colonia una política de defensa común
Los 15 jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea (UE) abordan hoy en Colonia su cumbre semestral dispuestos a completar la construcción de la UE con una incipiente política de defensa común. Prepararán el achatarramiento de la Unión Europea Occidental -la UEO, una inútil OTAN europea en pequeñito-, incorporarán a los neutrales a las misiones militares de pacificación y apostarán por incrementar el pilar europeo de defensa dentro de la OTAN para las tareas de amparo de su territorio.
El documento sobre Reforzamiento de la política común europea de seguridad y defensa común, que hoy aprobarán los 15 líderes -a cuyo texto accedió este diario-, es "el más importante de toda la historia europea en este asunto", resumió un calificado experto comunitario en la materia. Ha logrado un "encaje de bolillos", al vencer las resistencias de los socios neutralistas de la UE (Finlandia, Austria, Suecia e Irlanda) y comprometerlos en un proyecto común. La estricta defensa del territorio europeo frente a agresiones externas seguirá estando garantizada por la Alianza Atlántica; por los miembros plenos de la Unión Europea Occidental -que son los mismos socios europeos de la OTAN-, en virtud de los artículos 5 de sus tratados fundacionales, que obligan a todos a defender a uno si éste es atacado, y por la colaboración entre ambas organizaciones. Los neutrales no han querido apuntarse por el momento al pacto de defensa mutua. Pero sí se han abierto al resto de decisiones. La principal es que toma cuerpo la posibilidad de actuaciones europeas en solitario en el exterior, para misiones Petersberg -por la población alemana donde fueron definidas-, fundamentalmente tareas militares de gestión de crisis y de mantenimiento o imposición de la paz. Los Quince se comprometerán en Colonia a que "todos los Estados miembros, incluidos los no-aliados", como ahora se bautiza a los neutralistas, "podrán participar plenamente y en pie de igualdad en las operaciones de la Unión Europea". Fuerzas creíbles Para poder emprender esas misiones, la Unión "debe tener capacidad de decisión autónoma, sostenida por fuerzas militares creíbles, los mecanismos para decidir sobre su uso y la preparación para hacerlo". Eso se traduce en reuniones conjuntas de los ministros de Exteriores y de Defensa; un "cuerpo permanente en Bruselas" de expertos político-militares; un Comité Militar de la UE, compuesto por altos cargos militares, una suerte de Jefatura Militar de la UE; un Centro de Satélites y un Instituto de Estudios de Seguridad. Asimismo, los Quince buscarán una "colaboración más eficiente de sus industrias de defensa". La tercera idea básica es el progresivo achatarramiento de la UEO. El documento es más prudente que sus borradores previos, en que se postulaba directamente la integración de la UEO en la UE. Pero, con lenguaje menos ambicioso, propugna lo mismo. "Nuestro objetivo es adoptar las decisiones necesarias para final del año 2000", precisa. La política de defensa de la Unión Europea, hasta ahora meramente retórica, se realizará "en el marco de la Política Exterior y de Seguridad Común", como una extensión de ésta, pero también con sus mecanismos específicos. Aunque el documento no lo cita expresamente, un gran impulso a esta nueva dimensión de la UE será la figura de Míster PESC, quien asumirá también el cargo de secretario general de la UEO mientras ésta exista y dirigirá el traspaso de esta organización a la UE. Los Quince deberían hoy acordar en Colonia su nombramiento, el principal de un paquete de nuevos altos cargos. Y lanzarán una nueva conferencia intergubernamental para culminar la reforma institucional frustrada en Amsterdam.
