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Solana y Solbes, candidatos a dirigir la política exterior y el BEI

Xavier Vidal-Folch

Dos españoles pueden alzarse entre hoy y mañana con dos de los más influyentes altos cargos que debe cubrir la cumbre. Para el puesto de Míster PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y secretario general del Consejo de Ministros de la UE (doblado quizá de la secretaría general de la Unión Europea Occidental), el actual secretario general de la Alianza Atlántica, Javier Solana, cuenta con un amplio consenso, aunque el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, dijo ayer en Colonia que posiblemente su designación se aplace por cuestiones de calendario. Para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), los 15 ministros de Economía han mostrado su apoyo al ex ministro socialista de Economía Pedro Solbes.Los otros puestos a cubrir son el del secretario general adjunto del Consejo; el cargo de alto representante internacional para Bosnia-Herzegovina, que viene desempeñando el ex ministro español Carlos Westendorp, y el delegado para el Pacto de Estabilidad de los Balcanes, de nueva creación.

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El equilibrio que se alcance en este paquete influirá en la composición de la nueva Comisión, cuyo presidente, Romano Prodi, acude a Colonia. A puestos más decisivos logrados por nacionales de un país en Colonia le corresponderán, seguramente, carteras menos relevantes en el nuevo Ejecutivo.

Un apoyo condicionado

A Solana y a Solbes les une un hilo conductor, inédito en la historia de la Unión Europea. Son candidatos propuestos no por el Gobierno de su propio país (el español), sino por otros, aunque, si recogen consenso, Madrid les respaldará también. El candidato del vicepresidente económico, Rodrigo Rato, para el BEI era el presidente del Institituto de Crédito Oficial español, Fernando Bécker. Fue la presidencia austriaca la que propuso como alternativa a Solbes, lo que los otros 14 países suscribieron, incluido también el Gobierno español. El nombre de Solana, que no es candidato oficial -España presentó a Westendorp-, ha sido lanzado por Londres, París y Bonn, y ha cuajado rápidamente.Altos cargos comunitarios no españoles con memoria histórica de Bruselas han subrayado su extrañeza por el comportamiento español, pues los Gobiernos de países cuyos ciudadanos pueden alcanzar puestos de responsabilidad "siempre les hacen la campaña, abierta o discretamente". Aunque la aparente inhibición de Madrid acabe siendo irrelevante a efectos prácticos, "no es habitual que otros países descubran las cualidades de ciudadanos españoles, y su Gobierno no", precisaron.

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