El último gesto de paz

El capital político de Nelson Mandela trasciende desde hace años las fronteras de Suráfrica. Es hoy, sin duda, el estadista más respetado en el continente africano. Por eso ayer, casi en vísperas de su abandono de la vida política activa, convocó -junto al presidente de Namibia, Sam Nujoma-, una conferencia regional para el 26 de junio en Lusaka, la capital de Zambia. En ella habrá un único objetivo: poner fin a la guerra que desde hace 10 meses desangra la Repúlica Democrática de Congo, el antiguo Zaire, y pone en peligro la estabilidad económica de toda la zona, y de Suráfrica en particular.La fecha elegida por Mandela es significativa. En ese 26 de junio él ya no será presidente. El sucesor que salga hoy de las urnas tomará posesión el 14. Se trata de la primera herencia internacional que le deja a su delfín, Thabo Mbeki. La decisión de Ruanda y Uganda, que apoyan a los rebeldes que luchan contra el Gobierno de Laurent Kabila, de decretar un alto el fuego unilateral, abre las puertas, por primera vez, a la solución de un conflicto que afecta a nueve países africanos