La atención a los refugiados exigirá miles de millones, según ACNUR
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ajeno a acuerdos políticos que no acaban de poner fecha a la vuelta de los deportados a Kosovo, se dispone a planear la organización de los campamentos de refugiados de Macedonia y Albania de cara al invierno. El enviado especial del ACNUR para los Balcanes, Dennis McNamara, avanzó ayer que se necesitarán cientos de millones de dólares para afrontar el duro invierno, durante el cual las zonas que ahora ocupan los deportados se cubren de nieve.
Primero fue la preocupación por la llegada del verano, ante lo que el ACNUR está acondicionando ya los campos de refugiados albanokosovares con el aprovisionamiento necesario de agua y sustanciales mejoras en las instalaciones sanitarias.La financiación del mantenimiento de los cerca de 980.000 deportados que se refugian en Macedonia, Albania y Montenegro desde que comenzó la crisis, en marzo del año pasado, le cuesta semanalmente al ACNUR 10 millones de dólares (más de 1.500 millones de pesetas), según confirmó ayer McNamara. "El éxodo es sistemático, en ningún caso accidental. Está perfectamente organizado y creo que no hay razón alguna para pensar que no proseguirá", aseguró el responsable de la ONU. Por tal motivo, su organización prevé que en los próximos meses podrían ser más de 1,2 millones los deportados que finalmente se hayan visto obligados a abondonar sus hogares como consecuencia de la limpieza étnica.
Una vez más, el ACNUR ha puesto de manifiesto la precaria situación de sus fondos, al asegurar que no dispone de liquidez para más de tres semanas. A finales de este mes sus cuentas registrarán un saldo deudor de más de 10 millones de dólares. El ACNUR piensa ponerle remedio a esta crisis con un llamamiento para que se donen fondos para hacer frente al frío y a la nieve que en pocos meses sucederán al estío.
De cara al futuro más inmediato, son tres los retos que en estos momentos acaparan la agenda de la ONU. Por una parte, la gestión diaria de la llegada de nuevos deportados,que, debido a la manipulación por parte de los serbios del flujo de los refugiados-en los últimos seis días han ingresado en Macedonia menos de 3.000 deportados, cuando hace pocas semanas esa cifra se alcanzaba en pocas horas-, complica la planificación de las organizaciones humanitarias.
En un segundo lugar, el verano va a suponer una amenaza para niños y ancianos, refugiados bajo tiendas de campaña en las que sobrepasarán los 45º. Finalmente, se hará necesario realojar para el invierno a un buen número de los más de 260.000 deportados que habitan en los campos de Macedonia y a parte de los cerca de medio millón que residen en los de Albania, debido a la escasez de infraestructuras en la región de cara al invierno.
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