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La promotora de terrenos de la Generalitat cobra ayudas agrícolas

El Instituto Catalán del Suelo (Incasol), público al 100% y dedicado a la promoción de suelo industrial y de servicios, percibió el año pasado subvenciones agrícolas europeas por cultivos de girasol, cebada y colza en fincas rústicas del organismo de la Generalitat. En la campaña 1997-1998, el total de las ayudas recibidas superó los cuatro millones de pesetas tras variar el tipo de cultivo para optimizar las cantidades a recibir de la Unión Europea. Estas subvenciones europeas nacieron con la pretensión de asistir a los agricultores profesionales para favorecer producciones en las que la UE es deficitaria.El Instituto Catalán del Suelo (Incasol), que depende del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat, percibió más de cuatro millones de pesetas de subvenciones europeas a cultivos agrarios producidos en fincas de su propiedad. Estas subvenciones al ente público catalán favorecían el cultivo de girasol, cebada y colza y se desarrollaron en terrenos del Incasol radicados en Lleida y en las poblaciones barcelonesas de Polinyà, La Roca, Abrera y Santa Perpètua de Gallecs.

El Incasol es el primer propietario de hectáreas de suelo en Cataluña y se encarga de la gestión de suelo industrial y de servicios e incluso de promociones de vivienda pública. Este organismo, dirigido por Joan Anton Solans, ha aplicado criterios para obtener mayores beneficios de las ayudas comunitarias. Es decir, que los cultivos de estas fincas han cambiado con la finalidad de incrementar las ayudas de la Unión Europea.

Gestión de ayudas

Estas fincas producían ayudas de la UE a la agricultura por cultivos de trigo (en la campaña 1993-1994), por los que el Incasol recibió 1,7 millones de pesetas de subvención. Al año siguiente se transformaron en cultivos de girasol y cebada, que recibían mejor trato por parte de Bruselas. Finalmente, en la pasada campaña, se decidió orientar su producción hacia el girasol.La explicación oficial para solicitar estas subvenciones es que "se trata de fincas agrícolas expropiadas o adquiridas, pendientes de utilización o agrupación para promociones de suelo públicas". Según fuentes de la Generalitat, "el Incasol ha tenido que mantener la actividad agrícola [lo que en la práctica implica contratar agricultores] para evitar que los terrenos se conviertan en vertederos ilegales o para evitar asentamientos ilegales".

En cualquier caso, estas ayudas fueron creadas para favorecer el mantenimiento del sector agrario en Europa y orientar su trabajo hacia cultivos de los que los 15 países miembros de la UE están más necesitados.

Las asociaciones agrarias europeas, por su parte, llevan años reivindicando el control de la condición de agricultor profesional para los receptores de las subvenciones, lo cual dejaría fuera a perceptores especulativos, o cazaprimas, o a los que no sean profesionales del campo.

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