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Ripstein afirma que no premiar a Marisa Paredes en Cannes ha sido "una estupidez"

'El coronel no tiene quien le escriba' inauguró anoche el Festival de Cine Español de Málaga

No es sólo la novela de García Márquez llevada al cine. El coronel no tiene quien le escriba es también la película que Paz Alicia Garciadiego, compañera y guionista de Arturo Ripstein, le ha regalado como prueba de amor para que el cineasta mexicano cumpla un sueño que ha esperado 33 años. Ayer abrió el II Festival de Cine Español de Málaga. Marisa Paredes le puso el rostro y la carne a Lola, la mujer del viejo coronel. Para Ripstein, que ayer acudió acompañado de su equipo al festival, "que Marisa no haya sido premiada en Cannes no es ya cosa de injusticia, sino de tontería y estupidez".

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Una admirable apropiación

Una hermosísima Paredes acompañó ayer a Ripstein, a Paz Alicia Garciadiego y al productor de la película, Gerardo Herrero, para el estreno en España de esta película, en la que Colombia se convierte en una ciudad de Veracruz (México) y la muerte cobra un terrible protagonismo. El director de Profundo carmesí recordó el largo proceso que le ha llevado, después de 33 años de haberlo intentado, a filmar por fin la mítica novela de García Márquez, "un texto clásico, obligatorio en toda América Latina".Así, Ripstein relató la reacción emocional de García Márquez y la madre del escritor cuando vieron la película. Detalló las durísimas condiciones de rodaje -entre 42 y 50 grados diarios, 100% de humedad, lluvias tropicales y mosquitos como caballos-, y dejó clara la voluntad de Ripstein y Alicia de hacer su propio Coronel. Al fin reveló la declaración de amor que supuso para el director el guión de su compañera: "Era el amor que me preveo y me deseo; ese guión no era versión del libro de Gabo, era un regalo", dijo.

No tuvo el director mexicano ningún reparo en valorar los premios otorgados en Cannes. Comenzó teórico: "Cualquier opción de competencia que no sea deportiva es una forma de injusticia". Siguió irónico: "Creo que el único que está de acuerdo con el premio es el que ha ganado; no he visto la película, dicen que es estupenda". Y remató con un ataque de subjetividad serena al referirse a los trabajos de interpretación de Marisa Paredes tanto en su película como en Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.

"En ambos trabajos demuesta su versatilidad, talento e inteligencia de forma desconcertante, era premio seguro", comentó Ripstein. "Pero, en cambio, se ha premiado a una actriz joven: eso es premiar la presencia y no el trabajo; también se dio el de interpretación masculina a un actor joven minusválido que hace de minusválido; con ese criterio podían haberle dado el premio a mi gallo, que hace espléndidamente de gallo". Y sentenció: "Esto de Cannes no es ya tanto una forma de injusticia, sino de tontería y estupidez".

Retos

A Marisa Paredes le habían allanado el camino. Por tanto, no tuvo reparos en admitir que se había creído que el premio era suyo. Pero luego afirmó: "Al fin, los grandes premios son las películas... si son grandes, como ésta". La actriz reconoció que está hecha para grandes retos, como lo demuestra trabajar con Ripstein y Almodóvar en apenas dos semanas. "Yo, como los toros, me crezco ante las dificultades".

El filme se estrenó anoche en España en el teatro Cervantes de Málaga, cuyo público antes recibió encantado a María Barranco, quien condujo una dinámica y muy lucida gala inaugural. En todo caso, el de ayer fue un día de calentar motores y de mostrar que la maquinaria de la organización aún no está engrasada.

Así, hubo problemas con los vuelos y hoteles de enviados especiales e invitados al festival. Pero se fueron solucionando sobre la marcha. También hubo que cambiar de lugar las pancartas de los patrocinadores para que lucieran mejor. A esto se añade que la exposición Los movidos ochenta, una selección de fotografías de rodajes de películas españolas entre 1977 y 1989, se inauguró sin gente al mediodía. Pero la gala y la película de Ripstein hicieron olvidar todo. Al fin, una fiesta en el club Mediterráneo cerró la jornada.

Hoy ya comienza la artillería pesada. Esta noche, dos actividades comparten protagonismo en el Cervantes: el homenaje por su trayectoria a Tony Leblanc, de quien se emitirá un ciclo de filmes a lo largo del festival, y el estreno fuera de concurso de la última película protagonizada por Victoria Abril. Mamá, preséntame a papá es una coproducción hispano-francesa dirigida por la actriz Charlotte de Turckheim en clave de comedia. También en el Cervantes, a las seis de la tarde, comienza la proyección diaria de cortometrajes.

En las cinco salas del cine Albéniz se iniciarán las proyecciones correspondientes a algunos de los ciclos: los de Antonio Isasi, Leblanc o Resines, el de cine policiaco, el de los años ochenta, el infantil o el clasificado S. Y también comienza el ciclo de cine documental con la película Lágrimas negras, un filme cubano-holandés que recoge una gira europea de la Vieja Trova Santiaguera.

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