La jeringuilla y el beso
Tras el éxito y acierto de sus versiones personalísimas de clásicos como Gisell o El lago de los cisnes, Mats Ek ha probado fortuna con la gran pieza coral del academicismo ruso: La bella durmiente. Sutilmente, el coreógrafo evoca secuencias del original (Hada de las lilas, Adagio de las rosas, Gran pas de deux) y así entramos en el relato, tenso y dramático, francamente terrible de una princesita absolutamente corriente, cotidiana, cuyo propio fantasma se convierte en aciago destino.En esta obra hay una enorme carga de verdades nunca dichas a medias, de ahí que conmueva, de ahí su autenticidad y belleza, donde vemos redondearse hasta un trágico final los hechos de unas vidas que rondan entre la pobreza moral y un compendio de desgracias. Pero todo ello lo hace Mats Ek con un humor y un tono que roza lo infantil a través del candor, el deseo de que entendamos que a pesar de tanta oscuridad siempre hay luz, y que aun con el peso damocliano de la jeringuilla, a nuestra antiheroína le llega la hora del beso, que aunque no sea la hora del regreso a la felicidad es simplemente una respuesta más de la vida.
Cullberg Ballet
La bella durmiente. Coreografía: Mats Ek. Música: Chaikovski. Festival Madrid en Danza. Teatro de Madrid, 20 de mayo.