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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

Chernomirdin lleva hoy a Moscú la respuesta de Milosevic al plan de paz del G-8

El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, estudiaba anoche en secreto las propuestas transmitidas por Rusia para que acepte una fuerza internacional de paz en Kosovo. Milosevic, a quien sus adversarios describen como digno representante del maquiavelismo moderno, no dio ningún indicio de su próxima jugada. Víktor Chernomirdin, el emisario especial del Kremlin, llegó a Belgrado y, tras su reunión de una hora y media con Milosevic en algún punto de la ciudad, sólo dijo que volvía a Moscú a informar a Borís Yeltsin. Un comunicado de la presidencia yugoslava anunció nuevas reuniones la próxima semana. Poco después de la salida de Chernomirdin, la capital yugoslava fue sacudida por intensos bombardeos.

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Chernomirdin, que fue recibido en el aeropuerto de Belgrado por el primer ministro serbio, Mirko Marjanovic, trajo nuevas ideas bajo la égida de un supuesto plan de paz delineado por el presidente finlandés Martti Ahtisaari en su calidad de nuevo protagonista neutral en el conflicto (encargado por los aliados para que ejerza de mediador en el conflicto de Kosovo). Ahtisaari no quiso embarcar en el avión que transportó a Chernomirdin hasta Belgrado, pero su ausencia en esta delicada fase de negociaciones no causó alarma. El líder finladés prefiere de momento el papel de espectador internacional a fin de ver qué dirección toman las cosas.Fuentes próximas a Milosevic, de quien se comenta en Belgrado que cambia cada noche de alcoba por temor a las bombas de la OTAN, afirmaron ayer que en las altas esferas del poder en Yugoslavia impera el optimismo. "Muy pronto", respondió a dos corresponsales de la prensa española el poderoso ministro sin cartera Bogoljuv Karic cuando se le preguntó que cuándo iba a acabar la guerra.

Karic confirmaba así la tesis de que el conflicto (con las corteses peleas dentro de la OTAN, las manifestaciones de malestar popular en Europa, los signos de que hay cansancio, tanto cansacio, en Belgrado) toca inevitablemente a su fin. Pero ésta era solamente una percepción con los mejores deseos de que casi dos meses de intensos bombardeos cesen para dar vía libre a las intensas negociaciones diplomáticas con las cuales Moscú trata de recuperar un papel protagonista en su antigua área de influencia.

Chernomirdin acabó su sesión con Milosevic sin decir una sola palabra acerca del plan con el cual Moscú trata de convencer de que hay una salida al laberinto balcánico y sacar del embrollo en el que se ha metido la OTAN (dividida en cuanto a la ofensiva terrestre) para presentar "ideas nuevas". Fuentes cercanas al Gobierno de Belgrado dijeron anoche que los rusos habían presentado ideas "muy constructivas" e "interesantes" para detener los bombardeos y empujar a los adversarios (19 contra uno) hacia la mesa de negociaciones. De momento, Chernomirdin volverá a reunirse con Milosevic el lunes y el martes próximos, según un comunicado difundido ya de madrugada por la presidencia yugoslava.

Terreno de detalles

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Como siempre, la resolución de conflictos caía anoche, en el caso de Yugoslavia, en el incierto terreno de los detalles. Belgrado ha dicho claramente que no se opone a la fórmula de solución contenida en la declaración del Grupo de los Ocho (los siete países más ricos del mundo más Rusia) hace dos semanas. Es más, ha dicho que consiste en una base para el "diálogo". Pero Milosevic se aferra a un par de cuestiones vitales para su supervivencia política. Insiste en que cualquier fórmula de acuerdo se ciña a sus exigencias de soberanía e integridad territorial. Según fuentes diplomáticas, lo que Belgrado desea con énfasis es un acuerdo en el cual "no se cuestione la integridad y soberanía de Yugoslavia", léase la aceptación de una fuerza internacional de paz en Kosovo en los siguientes términos:

- El desarme y neutralización total del llamado Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), la fuerza rebelde que cada día gana más apoyo occidental y publicidad de los medios antiserbios como alternativa creíble.

- La definición más clara del papel de una fuerza internacional en Kosovo y su estructura militar. En suma, qué tipo de fuerza se va a instalar en la zona. Belgrado todavía se opone a una presencia de soldados de la OTAN, pero claramente está dispuesta a hacer concesiones, siempre y cuando esos mismos soldados sean desplazados a Kosovo bajo la bandera celeste de Naciones Unidas. La agencia oficial yugoslava Tanjug afirmó ayer que "ciertos elementos de esta presencia de seguridad están por definir: su composición, sus efectivos, su armamento y la duración" de su mandato.

- El número de esos efectivos y el tipo de armas que podrían ser aceptables para Belgrado. El Gobierno de Milosevic ha dicho que no tendría reparos frente a un ejército de paz siempre y cuando éste lleve solamente pistolas, no misiles ni aviones.

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