La ONU expresa su "disgusto" por el "error" de la Embajada china

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas levantó en la madrugada de ayer una de las muchas piedras que obstaculizan la vía diplomática para la solución del conflicto de Kosovo. Tras 12 horas de pulso político y malabarismos verbales entre Estados Unidos y China, el Consejo de Seguridad aprobó una declaración leída por su presidente, el representante de Gabón, que expresa su "profundo disgusto y preocupación" por el bombardeo, la pasada semana, de la Embajada china en Belgrado. Aunque no condenó ese ataque, como deseaban Moscú y Pekín, la declaración despeja el camino para que el Consejo de Seguridad estudie el plan de paz aprobado por el G-8, que incluye a los principales países de la OTAN más Rusia. La fórmula de consenso alcanzada reitera "el principio de la inviolabilidad" de las propiedades y el personal diplomático y pide una "investigación" del suceso. Una resolución humanitaria adoptada después pide el acceso de las agencias internacionales a todo el territorio de la República Federal de Yugoslavia, y señala que la crisis de Kosovo "seguirá deteriorándose en ausencia de una solución política". "La campaña de la OTAN que lidera EEUU ha desatado una guerra regional en los Balcanes; en nombre del humanitarismo, la OTAN ha creado la mayor crisis humana en Europa desde la II Guerra Mundial", denunció el embajador chino Qin Huansun. El diplomático recordó que Pekín se opone a lo que considera "una agresión ilegal contra un país soberano". "Como víctima, China tiene todas las razones legales y morales para pedir el fin de los bombardeos de la OTAN". Peter Burleigh, embajador estadounidense en funciones, replicó que la política de limpieza étnica de Milosevic es la principal responsable de la guerra.