La OTAN cree que mató "escudos humanos"
Los aliados admiten su ataque a Korisa, pero afirman que ignoraban que hubiera civiles kosovares
La OTAN asumió ayer su bombardeo sobre Korisa, que habría causado un centenar de muertos entre ciudadanos albanokosovares desplazados, la peor desgracia humana causada por los ataques aliados. Pero aseguró que perseguía "un objetivo militar legítimo", un centro de mando militar serbio con un blindado y artillería. Por desgracia, había también civiles. Dormían. Los pilotos no pudieron detectarlos. Alemania alegó que se trataba de "escudos humanos" usados por las fuerzas de Milosevic. La Alianza se apuntó a la sugerencia, pero no pudo confirmarla. El portavoz militar, general Jertz, explicó que el objetivo había sido identificado como militar y, por tanto, como diana "legítima". Y que a las 23.30 del jueves un avión de reconocimiento lo confirmó. Era "un campo militar y un puesto de mando que incluía un vehículo blindado y diez piezas de artillería", precisó. Al poco, una escuadrilla se aproximó. El piloto apreció siluetas de vehículos que entendió eran militares, y no tractores. Soltó dos bombas guiadas por láser. Un segundo avión arrojó otras dos. El tercero lanzó otras seis "de gravedad", menos sofisticadas. Jertz desmintió la acusación serbia de que se habían usado bombas de fragmentación, que multiplican impactos en instalaciones como aeropuertos o carreteras. La OTAN admitió así el bombardeo. Pero no asumió sus consecuencias, el centenar de muertos calculado por Belgrado, porque al no encontrarse " sobre el terreno" son inverificables.La trampa de Korisa
La tesis oficial niega el error, asume la fatalidad. "El piloto vio la silueta de los vehículos; si alguien dormía dentro de una casa o debajo de un vehículo, no lo podía detectar", razonó el portavoz. "Si había civiles dentro de objetivos militares, es que alguien les llevó ahí", añadió. Sugería que los kosovares desplazados habrían sido llevados a la trampa de Korisa como "escudos humanos" por los serbios. La hipótesis la lanzó la agencia Kosovapress y la secundó el Ministerio de Defensa alemán. "Disponemos de indicios de que Milosevic recurrió a su habitual táctica de emplear escudos humanos", dijo su portavoz, Detlef Puhl, recogiendo testimonios de refugiados. "Suponemos que han trasladado cadáveres de un lugar a otro". Este drama humano plantea otras cuestiones polémicas. Si el bombardeo se hubiera efectuado de día, o desde menor altura (en vez de a 15.000 pies) el resultado habría sido similar, reconocieron fuentes aliadas. Resulta imposible distinguir desde el aire a civiles de militares, y porque a baja altura el piloto hubiera ido más veloz, para correr menos riesgo, lo que revertiría en menor exactitud. Jertz aseguró que se habían cumplido los procedimientos para evitar víctimas civiles. No se logró. Si eso es así, habrá nuevas desgracias parecidas, porque se han intensificado los ataques en Kosovo, mientras Belgrado goza de una pausa al revisarse los datos cartográficos tras la destrucción de la embajada china. Además, está plagado de desplazados deambulando y Milosevic usa "escudos humanos", como se comprobó el día 13, en los puentes de Goglovac y Orlate, que los aliados renunciaron a destruir. Con el drama de Korisa, la OTAN cuenta el octavo de sus "errores": un total de unos 300 muertos. Unos son imputables al "azar improbable", como el del tren de pasajeros que cruzó inesperadamente el puente de Grelica. Otros, a problemas tecnológicos o humanos, como el desvío de dos bombas sobre zonas residenciales. Resulta horrible cuantificar muertes. Pero también es indispensable para apreciar fríamente el grado de exactitud de la operación. La OTAN tuvo un "accidente" mortal por semana y un 0,1% de fiascos (ocho, sobre 7.400 salidas aéreas). Frente a 200.000 muertos desde 1991 por la "limpieza étnica" de Milosevic; 2.000 asesinados en el año anterior a la guerra; 4.000, desde que empezó; y unos 100.000 varones kosovares desaparecidos, aparte de 700.000 deportados, según la contabilidad aliada. El problema para la conciencia europea es que las víctimas de los bombardeos son "nuestros muertos" y "amigos". Y hasta que se abran las fosas comunes los antiintervencionistas de buena fe seguirán en el limbo. Quizá haya alternativas a los bombardeos. ¿Más efectivas, menos onerosas, asumibles por la opinión bienpensante? Mientras Milosevic no ceda, seguirán. Y acarrearán nuevas desgracias. ¿Peores que permitir al dictador la "solución final" contra los kosovares?
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