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La mala administración de Pujol MARTÍ CARNICER

En los últimos tiempos vemos como Jordi Pujol intenta centrar el debate únicamente en torno a cuestiones de contenido esencialista. Con esta actitud pretende ocultar las deficiencias de su gestión al frente de un Gobierno agotado y sin proyectos. Concretamente, en la discusión de la situación económica y financiera del Gobierno de la Generalitat el presidente pretende hablar tan sólo de la futura financiación autonómica, eludiendo cualquier responsabilidad sobre la gestión de los recursos disponibles. Este análisis ofrece alguna dificultad por la escasez de datos disponibles. Siempre se ha dedicado mucho espacio a analizar los datos presupuestarios, sin fijarse posteriormente en cuál es la realidad de las liquidaciones, único reflejo veraz de las actuaciones efectuadas realmente. El Ministerio para las Administraciones Públicas ha publicado recientemente el Informe económico-financiero de las administraciones territoriales, que permite analizar cuál es la situación de Cataluña en relación con las otras comunidades autónomas. Los datos más relevantes que nos ofrece este documento, relacionados con la liquidación de los presupuestos de 1995 -los últimos disponibles-, son los siguientes: Los ingresos corrientes disponibles en Cataluña se sitúan claramente por encima de la media. Así, mientras que para el conjunto de las comunidades autónomas del artículo 151 -las comparables con Cataluña- el promedio es de 222.000 pesetas por habitante, la Generalitat percibió casi 240.000. Aunque los ingresos de capital están por debajo de la media, el conjunto de ingresos no financieros quedan en 256.000 pesetas por habitante, mientras que la media del total es de 241.000. Así pues, la primera conclusión es que el conjunto de ingresos no financieros de la Generalitat se situó en el año 1995 un 6% por encima de la media. Los gastos corrientes consolidados en el mismo año fueron de 235.000 pesetas por habitante en la Generalitat, el valor más elevado de las comunidades comparables. La media es de 204.000. Esto significa que, cada año, los gastos de funcionamiento del Gobierno catalán superan en más de 180.000 millones de pesetas a los equivalentes de los otros gobiernos con un nivel de competencias similar. Las necesidades derivadas de funciones específicas de Cataluña -policía autonómica, cultura, lengua, etcétera- no absorben más que un porcentaje muy bajo de este diferencial. Estos datos ponen de manifiesto el importante despilfarro de los recursos disponibles por parte del Gobierno de Pujol, que ha construido un modelo de administración que ha propiciado un crecimiento excesivo de la burocracia en detrimento de otras necesidades del país. Ésta ha sido, sin duda, una de las grandes oportunidades perdidas. Con la descentralización se debía construir un modelo de gestión diferente. Este elemento queda corroborado por otros análisis del mismo documento. Se comprueba que la Generalitat destina el 17% de los recursos a servicios de carácter general, cuando la media del conjunto apenas sobrepasa el 7%. En este conjunto de gastos corrientes destacan los intereses financieros, con más de 14.000 pesetas por habitante, cuando la media del resto apenas sobrepasa las 10.000 pesetas, lo cual equivale a un mayor gasto anual de 26.000 millones. Esta cifra es el reflejo del elevado nivel de endeudamiento de la Generalitat, que, con una cifra superior a dos billones de pesetas, es el más elevado de todas las comunidades autónomas. La consecuencia lógica de ambos datos es constatar que una parte importante de este endeudamiento ha sido necesario para financiar el exceso de gastos corrientes en que han incurrido los diferentes gobiernos de Convergència i Unió. Una Administración con un nivel de rigor en el gasto equivalente a la media no hubiese tenido necesidad de un recurso tan elevado al endeudamiento. El incremento neto del endeudamiento en 1995 fue de 219.000 millones, más de la mitad (54%) del incremento del conjunto de las cinco comunidades analizadas (404.000 millones), cuando la participación de los gastos apenas sobrepasa el 30%.

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