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La travesía más maratoniana

La travesía de la Mare de Déu en volandas de sus fervorosos seguidores se prolongó durante una hora y unos 10 minutos. Casi media hora más que en años anteriores. Pero esta vez el trayecto no finalizó en la puerta barroca de la catedral -como manda la tradición-, ni siquiera en la puerta románica -donde concluyó el año pasado por las obras de restauración del pórtico barroco-. La catedral permanece cerrada al culto durante varios meses para acoger la exposición La Llum de les Imatges, sobre las obras de arte que han marcado los 2.000 años del cristianismo. Por eso, el rito del Traslado de la Virgen de su Basílica a la catedral se convirtió este año en un viaje circular, unos cuantos metros más largo de lo habitual, con inicio y final en la Basílica. "Hemos disfrutado unos minutos de regalo", se fecilitaba un seguidor de la Virgen. Este trayecto maratoniano ayudará a los devotos, dentro de muchos años, a diferenciar el traslado de 1999 de los de otros años. Como recordarán el de 1998 por el 75º aniversario de la coronación de la Virgen y la presencia de la Infanta Cristina, el de 1993, por la visita de los Reyes, o el de 1982, por la del Papa.

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22.000 "votantes" de la "Mare de Déu"
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