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El crecimiento y la creación de empleo

La economía valenciana finalizó el ejercicio de 1998 con un balance muy positivo como consecuencia de la combinación del periodo de expansión económica mantenido hasta la fecha y de la culminación del proceso de integración económica y monetaria europea. La participación española en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria exigió un gran esfuerzo de convergencia económica en términos de inflación, tipos de interés, tipos de cambio, déficit y deuda pública. Este esfuerzo afortunadamente ha tenido sus frutos: ha dotado a la economía española y a la misma economía valenciana de un marco de estabilidad que ha favorecido un crecimiento sostenido que ha llegado a ser reconocido internacionalmente. La Comunidad Valenciana, en los primeros meses de 1999, ha mantenido el ritmo de crecimiento económico registrado en el segundo semestre de 1998, impulsado básicamente por la demanda interna. El patrón de crecimiento de la economía valenciana se sustenta en la actualidad en las mismas bases en las que se apoyaba a finales de 1998. Así, el crecimiento se está basando en la fortaleza de la demanda interna, en gran medida por el vigor que mantiene el consumo privado y la inversión (especialmente por el notable dinamismo que está registrando la actividad constructora), en tanto que el sector exterior ha reducido su contribución a dicho crecimiento como consecuencia de la crisis internacional. Con todo la fortaleza de la demanda interna valenciana está siendo suficiente para mantener un ritmo de crecimiento superior a la media española. De hecho, las últimas previsiones de crecimiento para 1999 del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación apuntan a que la Comunidad Valenciana mantiene unas tasas de crecimiento del PIB superiores a la media española, establecida en torno a un 3,5%. A lo largo de 1999 es previsible que el crecimiento proceda de aquellos sectores que más dependen de la demanda interna, destacando los sectores servicios y construcción como motores del crecimiento económico. La actual fortaleza del dólar podría contribuir en los próximos meses a recuperar las exportaciones valencianas en las áreas más dependientes de esta moneda. De ello podrían beneficiarse importantes sectores productivos que tradicionalmente se han volcado en el mercado estadounidense, como el sector del calzado e incluso otros que dado su innegable dinamismo han comenzado a introducirse exitosamente en el mismo, como es el caso del sector de la cerámica. Con todo, dado que en los últimos años se ha reducido considerablemente el umbral de crecimiento necesario para la generación neta de empleo, el crecimiento previsto para 1999 continuará contribuyendo a la creación de empleo en el mercado de trabajo valenciano. De hecho, en el mes de abril de este año ha continuado reduciéndose el desempleo, manteniéndose asimismo los elevados descensos en términos interanuales (un significativo 17,6%). Por otra parte, la tasa de paro registrado ya se ha situado por debajo del umbral del 10%, circunstancia que hace apenas cuatro años muy pocos analistas se habrían atrevido a vaticinar con respecto a la Comunidad Valenciana. Recientemente el Banco de España, en su boletín económico correspondiente al mes de abril, ha puesto de manifiesto el alto ritmo de crecimiento que mantiene la economía española, sobre todo cuando se compara con los demás países de nuestro entorno más próximo. Así, esta institución sitúa el crecimiento económico español durante el primer trimestre de 1999 en un 3,5%. En un contexto presidido por las diferentes crisis financieras y económicas acaecidas a escala internacional, que han afectado considerablemente al comercio mundial, el crecimiento de la economía española en los primeros meses de 1999 se puede continuar calificando como notable. De hecho, como indica el mismo Banco de España, nos encontramos en una situación de suave desaceleración, apreciación que contrasta con el escenario catastrofista que desde no pocas instancias se venía anunciando para el presente ejercicio. Comentábamos al principio los importantes esfuerzos realizados por la economía española en materia de convergencia económica. Estos esfuerzos han permitido alcanzar unos niveles de estabilidad y un entorno muy favorables para el desarrollo de la actividad productiva y la generación de empleo. El mantenimiento de un ritmo de crecimiento superior a los países que accedieron a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria nos ha de obligar, como así pone de manifiesto el mismo Banco de España, a redoblar los esfuerzos para evitar que afloren en el futuro tensiones inflacionistas que el dinamismo de nuestra demanda interna podría alentar. Las medidas ya adoptadas por el Gobierno Central así como la necesaria contención del gasto por parte de las Administraciones Públicas son iniciativas que deben verse acompañadas por políticas microeconómicas de contención de unos costes de producción que deben mantenerse estables. Para que ello sea posible, gobierno y agentes sociales deben trabajar en un clima de diálogo social y concertación que nos beneficia a todos, y muy especialmente, a la competitividad de nuestras empresas. Esto representa ciertamente el camino para que mediante el crecimiento económico podamos seguir trabajando en mejorar el bienestar de una sociedad que merece toda nuestra dedicación y esfuerzo. Ello resulta especialmente relevante en unos momentos en los que los resultados alcanzados en materia de política económica ofrecen unas oportunidades que debemos seguir aprovechando, para profundizar en la generación de unos puestos de trabajo que constituyen la mejor garantía para un crecimiento sostenido de la economía valenciana.

José Luis Olivas Martínez es consejero de Economía, Hacienda y Administración Pública de la Generalitat Valenciana.

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