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25.000 personas convierten de nuevo Womad en un éxito

Problemas de tráfico obligaron a Elíades Ochoa a actuar a las tres de la madrugada

La octava edición del Festival Womad en Cáceres convocó durante este fin de semana a más de 25.000 personas. La noche del viernes, una multitud compacta abarrotó la plaza mayor y las otras explanadas del casco medieval para asistir a las actuaciones de grupos y artistas de distintos países, pero sobre todo para participar del espíritu de fiesta global que se respira en esta celebración anual de la convivencia. Hasta las tres de la madrugada del sábado aguantaron los espectadores para presenciar la actuación del cubano Elíades Ochoa, uno de los intérpretes más esperados.

Womad se ha convertido en un lugar de peregrinación para una auténtica masa de aficionados. El centro de Cáceres se encontraba lleno al caer la tarde del viernes y al cerrarse la última actuación, pasadas las 3.30 de la madrugada, era ya una multitud la que cubría la plaza mayor del casco viejo y se movía con lentitud hacia las calles laterales.El programa de actuaciones, que empezó con el grupo extremeño de música celta Highland, tuvo el primer tropiezo ante el segundo artista anunciado. El cubano Elíades Ochoa, retrasado a causa del intenso tráfico a su salida de Madrid, no pudo llegar a tiempo y sus acompañantes, el Cuarteto Patria, se encargó de dar el espectáculo. Ochoa, deseoso de cumplir con su compromiso, decidió actuar después del último grupo y salió a las tres de la madrugada al escenario. Pese a lo intenso del programa que en su primera jornada había presentado una docena de grupos y artistas, el público le esperó pacientemente. A esas horas sorprendía ver el bullicio y la serena alegría de los la inmensa mayoría de los allí presentes. Pero era sólo el primer día y quedaba mucho Womad por delante.

Entre la anunciada y luego efectiva actuación de Ochoa, pasaron por el escenario mayor el cantautor y poeta Andy White y los argelinos Gnawa Difussion. Un concierto, este último, que consiguió seducir a buena parte de la audiencia con su inteligente combinación de ritmos antiguos, instrumentos tradicionales y eléctricos e intensas composiciones. Quizá lo mejor de la noche, junto a los irlandeses Kila, capaces de recurrir a los más diversos recursos para mover al personal a su ritmo. Del celta al reggae, Kila hace música para los pies. No sucedió lo mismo con DJ Ritu & The Asian Equation. El joven pinchadiscos británico de origen indio, reunió en un solo espectáculo, monótono e irregular, un desfile de intérpretes en un circo sin muchas sorpresas.

Fiesta

Quien no necesitó compañía fue otra disc jockey, DJ Queen Bee. Es ésta una mujer con aspecto de colorida ama de casa que logró montar una auténtica fiesta en la acogedora plaza de San Jorge. Un poco más arriba, en la plaza de las Veletas, el ambiente también atraía gentes variopintas con el reclamo de un cartel repleto de artistas locales.Todo iba dentro de la normalidad. "En todos estos años no ha habido ningún incidente de importancia", comentaba ayer el barbudo encargado de una tienda de alimentación de la capital cacereña. "A ver si los políticos deciden si esto continúa o si se acaba, pero que se decidan de una vez", decía.

La octava edición del Womad venía precedida de una polémica ciudadana y política en la que parece discutirse qué hacer ante el excesivo éxito de esta convocatoria anual, y sus casi inevitables consecuencias en la suciedad que produce la concurrencia.

"A nosotros nos encanta Cáceres y el casco antiguo. Es un sitio ideal para presentar el Womad, para mantener su espíritu", afirmaba Phil Clarke, de la organización de este festival creado por Peter Gabriel. "No nos ha gustado que se lleven el Womad en su segunda jornada fuera del centro. Pero es el acuerdo al que llegamos con las autoridades locales".

Mercadillos y talleres

La jornada del sábado se trasladó al recinto hípico a las afueras de la ciudad. Escenarios, mercadillo global y talleres, así como los miles de asistentes, mudaron de sitio por un día.El lugar de acampada a las puertas del recinto lucía limpio y ordenado y las primeras actuaciones empezaron a la luz del sol. Pese a algunas atraccciones que prometía el cartel para el segundo día, es distinta la sensación de un recinto acotado a la posibilidad de perderse por las callejuelas o dejarse emocionar por la música entre los altos muros de piedra. Sin embargo, de 20.000 a 30.000 personas, aun las más amistosas, parecen ser una carga difícil de sobrellevar durante varios días seguidos.

Al cierre de esta edición se esperaban las actuaciones de los andaluces Ea y Amparanoia, y, con ma lisma expectación, la de los jamaicanos Misty in Roots.

Hoy el Womad vuelve a Cáceres, con algunos de los platos fuertes en la recámara: el angoleño Waldemar Bastos, el cubano Raúl Paz y la griega Eleftheria Arvanitaki

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