Doble premio para el cómic "Lope de Aguirre", de Hernández Cava y Castells

El pulso que a priori mantenían Lope de Aguirre, la expiación, del guionista Felipe Hernández Cava y el dibujante Ricard Castells, con Un largo silencio, de Miguel Gallardo, ambos candidatos a los premios a la mejor obra y al mejor guión, no ha tenido resolución salomónica. El jurado del 17º Salón Internacional del Cómic de Barcelona decidió ayer otorgar a Lope de Aguirre el premio a la mejor obra y el mejor guión de obras españolas publicadas durante 1998.

El gran premio del salón recayó en los hermanos Miguel y Pedro Quesada, representantes de la llamada Escuela Valenciana. Se da la circunstancia de que el guionista Pedro Quesada falleció en 1988, y según las bases del jurado este premio sólo puede recaer en artistas vivos. La solución que ha propuesto el jurado ha sido concederle el premio a Quesada in memoriam.El premio Josep Toutain al mejor artista revelación fue concedido con igual mérito a Ramon F. Bachs y Sergio Córdoba. El premio al mejor fanzine fue para Como vacas mirando al tren. Ediciones La Cúpula obtuvo el premio a la mejor obra extranjera por La ciudad de cristal, la versión de la novela del mismo título de Paul Auster, con guión de David Mazzuchelli y dibujos de Paul Karasik.

Publicada por Edicions de Ponent, Lope de Aguirre, la expiación es el tercer álbum de una trilogía que se inició con La aventura, un álbum que en aquella ocasión dibujó Enrique Breccia. La controvertida personalidad del conquistador Lope de Aguirre es tratada con una trabajada sobriedad tanto en la narración gráfica como en la literaria. Castells realiza un atrevido trabajo que pocas veces se puede contemplar en el panorama del cómic español.

'Pantera negra'

Los más veteranos pueden recordar a Miguel Quesada (Albacete, 1933), el gran premio del salón de este año, por sus dibujos en unas inolvidables series de finales de los cincuenta tituladas Pantera negra y Pequeño pantera negra, muchos de cuyos episodios escribió su hermano Pedro (Albacete, 1926-Valencia 1988). En los años setenta dibujó las populares adaptaciones de los clásicos que editó Bruguera bajo el título Joyas literarias juveniles. Algunos títulos fueron Lord Jim, Robinson Crusoe y Un yanqui en la corte del rey Arturo.Por otra parte, el dibujante estadounidense Charles Burns (Washington DC, 1955) se encuentra estos días en Barcelona con motivo del Salón del Cómic, en cuyo recinto no para de firmar ejemplares. El pasado año obtuvo el premio a la mejor obra extranjera por El club de sangre. Su estancia coincide con la publicación del álbum Agujero negro, editado por La Cúpula. "Creo que mis relatos responden a un deseo de ahuyentar mis fantasmas, pero la mayoría de la gente que se encuentra en mi caso, una vez que ha concluido su obra sigue con sus mismas neuras", explica el dibujante.

A Burns se le ha definido como un mitómano de la cultura basura y de la estética de los años cincuenta. Él mismo reconoce algunas de estas influencias. "En mi obra hay mucho de las películas de terror de la Hammer, de la ciencia-ficción de serie B de los años cincuenta y de los clásicos del cómic norteamericano como Li"l Abner, que yo leía de la colección de mi padre".