Pimentel mediará ante las autoridades colombianas en el conflicto de Sureña
El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, se comprometió ayer con el comité de empresa de Sureña a interceder ante las autoridades colombianas para lograr una rebaja sustanciosa en el precio de venta de la fábrica cervecera de Córdoba, propiedad del grupo Bavaria, originario de ese país. Este apoyo se une al compromiso alcanzado el por los trabajadores con el consejero de Trabajo e Industria, Guillermo Gutiérrez, quien aseguró que la Junta buscará un grupo inversor interesado en las instalaciones.
El presidente del comité de empresa, Antonio Salamanca, informó ayer del compromiso adquirido por parte del ministro. Pimentel citará al embajador de Colombia en el ministerio de Trabajo para plantearle las demandas de los trabajadores de Sureña. Si esta reunión no surtiera efecto, el ministro se ha comprometido con el comité de empresa a interceder llamando directamente al presidente colombiano, Eduardo Pastrana. La intención de Pimentel es lograr por medio de las autoridades de Colombia el menor precio de venta posible de la factoría, facilitando la entrada de algún grupo inversor. El ministro eludió confirmar los datos facilitados por Salamanca, aunque se mostró convencido de la viabilidad de Sureña y dijo que desde el Gobierno se hará lo posible para evitar el cierre de la factoría. Respecto al precio de venta de las instalaciones, el presidente del comité de empresa anunció el pasado viernes que Bavaria está dispuesta a rebajarlo hasta los 5.000 millones de pesetas. En un principio, el grupo colombiano exigía 9.500 millones alegando que ese es el montante al que ascienden las pérdidas de Sureña desde que se hicieran cargo de ella en 1992. En cuanto al expediente de regulación de empleo, Salamanca considera que hay razones suficientes para que la Junta se niegue a darle curso. El consejero de Trabajo dijo el viernes que no puede negarse a tramitar el expediente ya que está obligado a hacerlo por ley, aunque sí aseguró que será mirado con lupa de manera que se demore lo más posible. El objetivo es ganar tiempo para buscar inversores antes de que se despida a los trabajadores. Acerca de una posible aceptación del despido por parte de alguno de los 168 miembros de la plantilla, Salamanca no quiso dar datos. No obstante reconoció que varios compañeros estaban negociando la indemnización, aunque aseguró que aún no hay nada firmado. Añadió que son casos aislados y todos del área de comercialización, por lo que su marcha no afectaría a la capacidad de producción de la empresa.
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