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Otro atentado neonazi causa dos muertos en un bar "gay" del centro de Londres

La campaña de terror que golpea a Londres desde hace dos semanas se cobró la tarde de ayer dos víctimas mortales y más de 70 heridos cuando una bomba estalló en el interior de pub del Soho frecuentado por homosexuales, a pocos pasos del área turística de Leicester Square. El pánico, horror y el caos se contagiaron entre los transeúntes en el centro de la capital británica ante el temor a que pudiera estallar un segundo artefacto. El grupo neonazi Los Lobos Blancos, una escisión del que reivindicó los dos atentados anteriores, los sábados 17 y 24 de abril, se responsabilizó anoche de este ataque.

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Furia y dolor en la sociedad británica

La bomba estalló en el pub Admiral Duncan, en la intersección de dos calles principales del corazón de Soho, a las 18.37 horas (las 19.37 hora peninsular española). Un muro exterior del pub cedió con la fuerza de la explosión arrastrando entre cristales y escombros a algunas personas que se encontraban en su interior.Dos personas murieron y 73 resultaron heridas, 13 de gravedad, incluidas dos con serias mutilaciones, según confirmó anoche el responsable de la policía de Londres, Paul Condon. En un primer momento, algunos medios británicos elevaron a tres el número de víctimas.

Mientras las ambulancias llegaban al enjambre de callejuelas del Soho, los servicios sanitarios practicaron los primeros auxilios. Los locales próximos sufrieron igualmente daños en cristaleras y estructura.

Testigos del atentado describieron la escena de "caótica, horrible y llena de sangre". El Soho es una zona muy popular entre la comunidad gay, que anoche se confirmó como el objetivo del atentado neonazi. Pero junto a los homosexuales, las calles de este céntrico barrio están día tras día abarrotadas de profesionales del cine y la publicidad, de empleados de oficinas y, por supuesto, de cientos de turistas. Es, además, zona obligada de paso hacia los teatros y salas de cine y un barrio donde se ubican numerosos cafés y restaurantes.

El momento elegido para hacer estallar el artefacto, media hora después del término de la jornada laboral y en una tarde soleada y de buena temperatura, parece confirmar que los autores del atentado pretendían causar el mayor daño posible.

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Scotland Yard relaciona el ataque de ayer con las dos bombas que estallaron en Londres los dos últimos sábados. La bomba de clavos de fabricación casera volvió a utilizarse ayer como también sucediera en Brixton, el 17 de abril, y en Brick Lane, una semana después. Las tres explosiones se produjeron entre las 17.30 y las 18.30 horas en zonas densamente pobladas.

El grupúsculo The White Wolves (Los Lobos Blancos) se responsabilizó de la bomba de ayer, que que hicieron estallar sin previo aviso. Esta célula neonazi envió semanas atrás amenazas de muerte a diputados y lores negros, asíaticos y judíos. El mensaje advierte a sus potenciales víctimas de que Los Lobos Blancos saldrán de caza la medianoche del 31 de diciembre de 1999.

Scotland Yard no ha podido verificar la autoría de la cadena de atentados a pesar de contar con abundante material de vídeo de las zonas afectadas. El día anterior distribuyó una fotografía del principal sospechoso, que llevó al arresto y posterior libertad bajo fianza de un sospechoso.

En la primera acción, en el barrio multiétnico de Brixton, al sur del Támesis, el ataque apuntó a la población negra. En el segundo, en Brick Lane, al este de Londres, el objetivo fueron las minorías asiáticas.

Las fuerzas de seguridad habían advertido también a las asociaciones de homosexuales de que se mantuvieran alerta. La última edición del semanario gay The Pink Paper urgía a sus lectores a que no bajaran la guardia. Scotland Yard confirmó anoche que sus agentes habían visitado el pub Admiral Duncan los días previos al mortal atentado.

Las organizaciones antifascistas describen a los autores de esta campaña contra las minorías británicas como individuos que actúan por su cuenta y carecen de un líder visible. Su estructura, en células de dos o tres personas, sigue el modelo creado por los grupos extremistas norteamericanos. Internet sería el principal canal de comunicación entre sus miembros que no están conectadas con ningún grupo político o paramilitar conocido.

Desestabilizar la convivencia entre blancos, judíos, asiáticos y homosexuales parece su móvil. Como defiende Steve Silver, codirector de Searchlight, la principal revista antifascista del Reino Unido, provocar una guerra racial sería el objetivo final de este grupo, que posiblemente no supera el medio centenar de personas.

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