Ricky Martin presenta en España su nuevo disco y se declara un "James Bond frustrado de toda la vida"

Fue todo un número. Ricky Martin presentó ayer en Madrid su nuevo disco, titulado Ricky Martin, en medio de un temporal de indignación. El cantante puertorriqueño llegó hora y media tarde a su cita con la prensa madrileña, justo cuando la mitad de los fotógrafos y unos cuantos redactores, hartos de esperar a la estrella, se empezaban a largar. El salón del lujoso hotel madrileño era entonces una especie de sauna masiva, y unos 100 periodistas, decenas de fans y cámaras de televisión y un grupo de gorilas menos fornidos de lo previsto sudaban la gota gorda.En el peor momento, apareció él, guapo a rabiar y por la puerta de camareros, y todo volvió a ser un sueño. Americano. Los fotógrafos le lanzaban gritos para que les mirara, los fans le chillaban "uo, uo" y le aplaudían, Martin ponía su mejor sonrisa y se quitaba la chaqueta enseñando el canalillo, el presidente de la compañía ponía cara de cuenta de resultados...

No en vano tiene en Martin un verdadero fenómeno vendiendo: seis millones de discos de su último trabajo, Vuelve; 15 millones en toda su carrera; un Grammy, un Bill Board Latino... Y ahora estamos en plena campaña norteamericana. Aunque Martin prefiera disimular diciendo que nunca podrá olvidar los países latinos que tanto le han ayudado, Ricky Martin (sale a la venta el día 10) es un disco cantado en inglés (hay un duo con Madonna y otro con la sueca Meja), en el que la imagen del astro ha girado desde el romanticismo hasta la sensualidad latina y la espiritualidad fin de milenio.

O eso, al menos, es lo que dijo él ayer, tras pedir excusas por el retraso, que achacó a "un itinerario algo herético", y a la falta de sueño provocada por "el viaje en avión desde Alemania, la noche anterior, con un solo motor".

"Este disco soy yo, es lo que yo soy", declaró luego sin aclarar lo del motor. "Tiene de todo, música de los 60, baladas, ritmo latino (no lo puedo evitar). Y es sensual, porque yo he sido un James Bond frustrado de toda la vida... Sensual y sexual, qué le vamos a hacer".

"El sonido es maduro, sólido, y refleja mi cambio personal", añadió luego, francamente comunicativo. "Llevo tres años corriendo de un lado a otro, he sido una esponja de culturas, y te presento mis preocupaciones como ser humano, mi búsqueda de paz. He sido católico, luego protestante, y ahora soy hinduista y budista. Hay que buscar la paz, y yo la tengo, pero hay gente que no puede. El mundo está muy jodido, y aunque no soy un súperheroe que pueda cambiar el planeta, sí lo puedo cambiar un poco. Y si me río tanto es porque lo triste hay que guardárselo. Soy humano, y platico mi paz a través de mis canciones".