La educación, el mejor camino para el futuro de Latinoamérica

Educar es el mejor camino para el futuro de América Latina de cara el nuevo milenio. Ésa es la conclusión del seminario Educar, tarea de todos, celebrado ayer en Santafé de Bogotá, en el marco de la celebración de los 10 años de actividades de la Fundación Santillana para Iberoamérica, en el que participaron Andrés Pastrana Arango, presidente de Colombia; Belisario Betancur, ex presidente de Colombia y presidente de la Fundación Santillana para Iberoamérica; Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA y de la Fundación Santillana; Ricardo Díaz Hochleitner, vicepresidente de la Fundación; Carlos Fuentes, escritor mexicano; Noemí Sanín, ex candidata presidencial, y Germán Bula Escobar, ministro de Educación de Colombia, entre otros.

El vicepresidente de la Fundación Santillana, Ricardo Díez Hochleitner, inició su intervención con la propuesta de "educar para conseguir la plenitud individual y colectiva". "Para lograrlo", explicó, "todos debemos ser conscientes de nuestro papel de educador para con los demás". Hochleitner recordó que las desigualdades y la injusticia social que reinan en Latinoamérica constituyen obstáculos determinantes a la hora de alcanzar el objetivo.

Otros ponentes abordaron la cuestión de quiénes son los protagonistas del proceso educativo. La respuesta final: todos, pero identificando responsabilidades precisas para cada uno de los implicados.

Una misión de todos

Así, por ejemplo, la educación es una misión de padres, escuela e instituciones, sin olvidar el papel del Estado como el gran responsable de las políticas y pautas a seguir en este campo, más aún en los países latinoamericanos. Y como es impensable una educación de espaldas a la sociedad, varias intervenciones abordaron cuestiones referentes al papel de los avances tecnológicos, la acción de la ciencia en favor de todos frente al atraso evidente, y por ahora incontenible, de los países latinoamericanos. En este aspecto, Jesús de Polanco, presidente de la Fundación Santillana, afirmó que "tenemos una mancomunada y decidida voluntad de contribuir a este proceso para la construcción de un mundo mejor, que debe propiciar una unión entre Europa y América Latina".

El escritor mexicano Carlos Fuentes comenzó su intervención con unas comparaciones entre el déficit de educación en el llamado Tercer Mundo y las paradojas que se producen en el resto del planeta y que se reflejan en cifras como las del consumo de cosméticos en EE UU o de helados en Europa, con cuyo valor se podrían cubrir las necesidades básicas latinoamericanas. Pero, subrayó Fuentes, más grave aún es que "mientras el mundo gasta 800.000 millones de dólares en armas, no encuentra dinero para dar a las escuelas el próximo año".

Sin embargo, la preocupación más grande que expresó el escritor se refiere a cómo navegarán los países latinoamericanos en el alta mar de la tecnología. La única vía, dijo, es a través de la educación, que conducirá a un siglo XXI más vivible.

La madre y la madrina

Fuentes se refirió a la educación en el hogar como "la madre" y a la escuela como la "madrina" al subrayar que la familia es el factor más importante a la hora de luchar contra los importantes índices de deserción escolar que se registran en América Latina. En su opinión, dichos índices están muy ligados a la falta de conciencia educativa en los padres y a las prioridades familiares que desvinculan a los niños de cualquier proceso formativo. A ello, explicó, hay que añadir la precaria situación de los maestros que en Suramérica no reciben un salario acorde con su misión, o sea, la de formar el futuro del continente. Esta situación, dijo Fuentes, es como "crear escuelas no para pobres sino para la pobreza".

Por su parte, el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, aludió a la huelga que desde hace una semana afecta al 80% de los maestros, al asegurar que la misión de su Gobierno en el campo educativo es el de construir consensos sociales, "un cambio que afiance la reconciliación y recupere los valores de la democracia y la ética".