En qué se gasta el dinero europeo

Albania, con 359.000 refugiados kosovares, y Macedonia, con 132.000, concentran los esfuerzos de las organizaciones humanitarias. La Unión Europea ha dispuesto ya de 250 millones de euros (41.600 millones de pesetas) para ayudar a ambos países y otros de la zona. En Albania, la prioridad europea es hacer descender a los 130.000 ubicados en torno a Kukes, cerca de la frontera con Kosovo, hacia el sur, para evitar represalias serbias y reclutamientos más o menos forzosos por la guerrilla.

ECHO (la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea) pretende también mover a los refugiados desde los campos de acogida urgente a "centros colectivos" más estables, como mezquitas o escuelas, que deben rehabilitarse y acondicionarse. En caso contrario, la próxima llegada del calor (se alcanzan los 45 grados en verano) "haría estragos en la salud de una masa cuya mitad son jóvenes menores de 14 años", explica Alberto Navarro, el director de ECHO.

La tercera acción prevista es la ayuda a las familias albanas que acogen a los deportados (por ejemplo, comida a cambio de techo), pero se necesita un registro para distinguir a los vecinos de los refugiados, porque éstos llegan sin papeles. ACNUR está en ello. La cuarta acción es realizar una radiografía de las necesidades de cada colectivo y aldea, para coordinar mejor las tareas de las 100 ONG desplegadas en el país.

La Comisión espera que Macedonia presente cuanto antes sus prioridades. Los campos están gestionados por la OTAN, que acaba de transferir uno de ellos a ACNUR. Públicamente, Skopje rechaza acoger más refugiados, aunque en la práctica los acepta. Pero la capacidad de recepción de estos países está llegando a un tope. Si se producen nuevas oleadas, quizá habrá que recurrir a Bulgaria.