_
_
_
_

Abba reedita sus grandes éxitos y monta un musical 25 años después de ganar Eurovisión

El mítico cuarteto sueco, hoy doblemente divorciado, permanece en un semiretiro millonario

¿Quién no recuerda aquellas baladazas irresistibles tipo Chiquitita o Fernando? ¿Quién no cayó en trance y se enamoró en plenos sudores de veraneo benidormí a los sones calentones y macarrónicos de Knowin me, knowin you o de aquella genial Voulez vous? ¿Quién no recuerda a Abba, su emotivo triunfo en Eurovisión 1974 con Waterloo, sus singles sonando interminables en los guateques, su impresionante sucesión de pelotazos, sus trajes y sus plataformas telegénicas? Pues no es sueño, ni pesadilla, pero la abbamanía vuelve. Y con furores renovados: disco de grandes éxitos, y un musical.

Más información
Abba rechaza una oferta multimillonaria para reunirse de nuevo

Mamma mía. Ésas son las palabras clave que marcan el regreso, fantasma y sorpresa, del cuarteto rubicundo más hortera de los años 70 (todos los siglos incluidos) y uno de los más vendedores del planeta. Fantasma, porque siguiendo el camino que marcaron durante los años de su apogeo (del 74 al 82), la banda no piensa aparecer en público: desde Londres, por teléfono, el líder y compositor de la banda, Björn Ulvaeus, recuerda que "el éxito de Abba estuvo basado sobre todo en la televisión: hicimos muy poca promoción. Conciertos hicimos menos".

Sorpresa, porque es difícil adivinar por qué (aparte de lo obvio: Abba fue en los años 70 el segundo mayor exportador de Suecia, por detrás de la Volvo) después de que en 1992 hubiera aparecido ya una edición de los grandes éxitos titulada Gold (ha vendido 18 millones de ejemplares), ahora se reedita, remasterizado en 24 bits y con las firmas de los astros en la portada pero con los mismos 19 grandes éxitos, y además se publica una "joya" para coleccionistas (20.000 ejemplares): la caja The singles collection, que contiene 28 CDs, se venderá sólo durante este año. El año Abba.

Jovencitas y parejas

La coartada oficial es que ahora mismo se cumplen 25 años de la noche (el 6 de abril) que Abba ganó el Festival de Eurovisión, una noche que cambió la vida de miles de fans irreductibles y la de los cuatro miembros del grupo: las recias cantantes Anni-Frid Lyngstad (la pelirroja y única no sueca del grupo: es noruega) y Agnetha Fältskog (Anna, pizpireta y rubia), más la sociedad de compositores y vocecitas, Benny Anderson (el de la barba) y Björn Ulvaeus (el del flequillo-paje). Como aniversario resultón desde luego la cosa marcha: Gold se ha puesto ya en el número 1 de las listas británicas, y la máquina de marketing que dirige el padre fundador y arcángel bautista del grupo, Stig Anderson, no se ha parado ahí: ha hecho coincidir el revival disquero con el estreno mundial del musical Mamma mia, que según cuenta Ulvaeus con voz muy modesta "está funcionando muy bien" en el West End londinense. Ulvaeus añade que fue pura coincidencia involuntaria que ambos productos salieran al mercado el mismo día, precisamente el 6 de abril. "Parece mentira, pero es así". El espectáculo recoge todos los grandes títulos de Abba, Gimme, gimme, gimme, Take a chance on me, The name of the game... y el libreto (hay libreto) se inspira lejanamente en el tópico liberalismo nórdico: hay una madre y una hija veraneando (en Grecia), pero la madre no sabe quién diablos es el padre de la niña: tiene tres candidatos probables, y los cita a los tres el día de su boda.

Hasta ahí, todo normal. Lo que se entiende menos es que todo este lanzamiento de nostalgia- nuevo-orden-mundial y de melancolía sueca clásica coincide con un recordatorio más prosaico: Abba sólo fue un grupo grupo una parte del tiempo. Luego, la banda capicúa fue una reunión de divorciados civilizados y con estrella a la búsqueda de bienes no gananciales.

Resulta que la suya no fue una separación cualquiera. AB y BA estaban juntos y revueltos desde el principio, y mientras todo aquel surtido de baladas romanticonas y temillas marchoso-parejeros volvía locos de amor a millones de adolescentes y otras almas sensibles de medio mundo, ellos andaban dándose a la gresca locamente, de boda en divorcio. Björn, que ya formaba pareja con Benny antes de conocer a las chicas (escribían canciones a medias), se casó con Anna en 1971. Benny y Anni-Frid, que vivían juntos desde 1970, se esposaron en 1978. La situación dobles parejas oficiales duró tres meses, lo que tardaron Björn y Anna (María Magdalena en el musical de Tim Rice y Lloyd Webber) en divorciarse. Ese nuevo estatus tardó tres años en romperse: en 1981, justo después del séptimo álbum (Super trouper), Benny y Frida se devolvieron cartas. Consecuencia: Número 1 para Winner takes all (El ganador pilla todo).

Hoy, Björn sigue componiendo con Benny. Musicales de gran éxito. El grupo australiano clónico de Abba, Björn again, no le quita el sueño y le paga royalties. Sereno, amable y parco, Björn cuenta que no echa nada de menos aquellos tiempos, recuerda que la noche de Eurovisión estaba gordo y no podía sentarse por lo ajustado del traje, confirma que los vestidos eran "horrorosos" pero que estaban hechos al gusto de la banda, explica que el secreto era componer sólo diez o doce canciones al año y se acuerda de que estuvo cuatro o cinco veces en España, aunque no tocaron en directo. "Sólo en TV". Luego cuelga y el teléfono hace "clin, clin, clin".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_