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La luz y la penumbra

Las salas de la segunda planta del Museo Guggenheim Bilbao acogen la exposición de Eduardo Chillida casi en penumbra, en un ambiente bien distinto al que se respira en el resto del edificio. La colección de dibujos y obra sobre papel están débilmente iluminadas para protegerlas de la agresión de los focos, pero en las esculturas la luz es un elemento activo, que destaca las figuras y proyecta sus sombras contra las paredes. "Las obras juegan con la luz", explicó el comisario de la exposición, Kosme de Barañano. "A diferencia del Reina Sofía, que es un espacio neutro, éste es un museo escenográfico". En el caso de los alabastros, el efecto es aún más intenso, porque la luz parece que sale de dentro de las piezas. El montaje esta pensado para ser visto desde cualquier punto del museo. Desde los balcones de la tercera planta, por ejemplo, se ve una de las piezas de alabastro que da paso a una sala que exhibe parte de la obra de Chillida, envuelta en una enigmática iluminación. "Trata de ser un montaje interactivo, que funciona por todas partes", añadió Barañano. La exposición también se asoma sobre la sala fish, la más grande del museo, que en el piso inferior alberga la serie de elipses de acero de Richard Serra. "Es un saludo a Serra", puntualizó Barañano. La exposición recorre todos los aspectos de la obra de Chillida: las esculturas de cierto peso - hasta el límite de 11 toneladas que la estructura del Museo Guggenheim es capaz de soportar- los experimentos en alabastro y las lurrak (tierra chamota cocida), las gravitaciones y los dibujos realizados a lo largo de su carrera artística a lápiz, a tinta o con pincel. Suman en total, 75 esculturas de acero y granito, 20 lurrak, una veintena de gravitaciones y más de 120 dibujos. El objetivo es ofrecer una "imagen global" de Chillida, al engarzar distintos aspectos de su obra, pero al tiempo permite, según Barañano, realizar "un repaso enciclopédico a las técnicas artísticas" empleadas a lo largo de la historia. En las salas de la exposición se escuchan las Variaciones Goldberg, de Juan Sebastian Bach. La música procede de un espacio anexo en el que se exhibe el vídeo Chillida en tres movimientos, realizados por su hija Susana. Barañano agradeció al artista y al museo la libertad que ha disfrutado al plantear la exposición, que en su exhibicíón en Bilbao ha sido patrocinada por The Chase Manhattan Bank. "Me han dejado hacer lo que me ha dado la gana. Pocos comisarios pueden decir lo mismo".

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